Si bien llegada a una edad, los hombres manifiestan una salud reproductiva reducida, el envejecimiento de los testículos sigue siendo poco conocido a nivel molecular y genómico. Además, no ha quedado claro si el estilo de vida o los factores ambientales afectan en estas circunstancias. La mayoría de los estudios confirman ...
Si bien llegada a una edad, los hombres manifiestan una salud reproductiva reducida, el envejecimiento de los testículos sigue siendo poco conocido a nivel molecular y genómico. Además, no ha quedado claro si el estilo de vida o los factores ambientales afectan en estas circunstancias.
La mayoría de los estudios confirman que el recuento de espermatozoides masculinos alcanza su punto máximo alrededor de los 17 años y comienza a disminuir a los 40 años. Estos cambios significan que los espermatozoides, en cierto modo, van debilitándose con el paso del tiempo, lo que puede provocar mayor grado de infertilidad, según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah (EEUU) y publicado en la revista ´Developmental Cell´. "El envejecimiento puede conferir una combinación de cambios moleculares que conducen a los testículos a una desregulación adicional", según expuso el coautor del estudio, Bradley Cairns.
Para esta investigación, Cairns y sus colegas utilizaron la secuenciación genética para perfilar más de 44 000 células obtenidas de muestras testiculares de autopsias de cuatro hombres jóvenes, de 17 a 22 años, y ocho hombres mayores, de 60 años o más. Se evaluó a los donantes mayores para determinar si tenían descendencia cuando eran adultos jóvenes para garantizar la fertilidad en la edad adulta temprana, dijeron los investigadores.
Las muestras jóvenes se agruparon y no mostraron firmas moleculares de envejecimiento o una capacidad interrumpida para producir espermatozoides. Sorprendentemente, las muestras más antiguas mostraron solo cambios modestos relacionados con la edad en las células madre que dan lugar a espermatozoides maduros, pero se clasificaron claramente en dos grupos distintos. El primer grupo mostró una capacidad intacta para producir espermatozoides, con firmas moleculares débiles que los distinguían de las muestras jóvenes. Por el contrario, el segundo grupo mostró una capacidad muy limitada para desarrollar espermatozoides.
En particular, el índice de masa muscular (IMC) surgió como un factor crítico entre las personas mayores. Todos los donantes del primer grupo tenían niveles inferiores a 27, mientras que todos los donantes del segundo grupo tenían niveles superiores a 30. En conjunto, los resultados revelan posibles mecanismos moleculares subyacentes a los complejos cambios testiculares asociados con el envejecimiento y su posible exacerbación por enfermedades crónicas concurrentescomo la obesidad.
"Nuestro estudio revela biomarcadores potenciales para el diagnóstico del envejecimiento de los testículos y direcciones para el tratamiento potencial de la subfertilidad relacionada con el envejecimiento", dice Guo. "También sirve como un conjunto de datos fundamental para que la comunidad científica estudie cómo los testículos humanos y la fertilidad responden al envejecimiento", señaló otro de los coautores del estudio, Jingtao Guo.
Los investigadores consideran que se necesitan cohortes de pacientes más grandes para validar completamente los resultados. Otra vía para futuras investigaciones es explorar si las células testiculares de hombres mayores y corpulentos muestran firmas de envejecimiento únicas o si simplemente muestran un envejecimiento acelerado. Tampoco está claro si la dieta, el ejercicio, la diabetes o la producción alterada de hormonas juegan un papel en el envejecimiento de los testículos. Además, determinar a qué edad surge la desregulación de las células testiculares de soporte, y si puede ser reversible y cómo, puede conducir a una mejor orientación médica para los hombres mayores.