Durante muchos años, se han venido estudiando las consecuencias de la vitamina A, zinc y hierro en relación con la desnutrición en el mundo, mientras que no existe mucha investigación sobre la deficiencia de vitamina B12. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Copenhague y Médicos Sin Fronteras pone ...
Durante muchos años, se han venido estudiando las consecuencias de la vitamina A, zinc y hierro en relación con la desnutrición en el mundo, mientras que no existe mucha investigación sobre la deficiencia de vitamina B12. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Copenhague y Médicos Sin Fronteras pone de manifiesto las graves consecuencias que puede acarrear la falta de dicha vitamina en los niños. Según estos investigadores, la deficiencia de vitamina B12 representa un enorme problema que, muchas veces se pasa por alto, y que requiere de nuevas soluciones.
Esta carencia no solo puede provocar anemia, sino que también puede dañar el sistema nervioso, siendo crucial para el desarrollo del cerebro. "Entre los niños que participaron en nuestro estudio, encontramos una fuerte correlación entre la deficiencia de vitamina B12 y el desarrollo motor deficiente y la anemia", según expuso Henrik Friis, primer autor del estudio y profesor del Departamento de Nutrición, Ejercicio de la Universidad de Copenhague.
Más de 1.000 niños con desnutrición aguda de 6 a 23 meses de edad participaron en el estudio. Los niveles de B12 de los niños se midieron antes y después de tres meses de raciones diarias de alimentos que contenían niveles vitamina B12 recomendados. Cuando comenzó el estudio, dos tercios de los niños tenían niveles bajos o marginales de B12.
Durante el período en que los niños recibieron ayuda alimentaria, sus niveles de vitamina B12 aumentaron. No obstante, y a pesar de proporcionarles ayuda alimentaria durante tres meses, sus reservas estuvieron lejos de llenarse. "El intestino de un niño solo puede absorber 1 microgramo de B12 por comida. Por lo tanto, si a un niño le faltan 500 microgramos, tardará mucho más que las pocas semanas en que tiene acceso a la ayuda alimentaria de emergencia", señaló, al respecto, Vibeke Brix Christensen, pediatra. y asesor médico de Médicos Sin Fronteras y coautor del estudio.
Círculo vicioso
La deficiencia de vitamina B12 se puede transmitir de madre a hijo. Si la gestante tiene deficiencia de vitamina B12, su hijo también puede nacer con esa carencia. La deficiencia de B12 de un niño puede afectar la formación y regeneración de sus células intestinales. En consecuencia, se reducirá la capacidad del niño para absorber B12 y otros nutrientes vitales. De esta manera, la deficiencia de dicha vitamina contribuye al desarrollo de la desnutrición.
Debido a que el organismo humano no pueden producir vitamina B12 por sí mismo, se necesita suministrar a través de productos de origen animal o suplementos sintéticos. Sin embargo, en muchos países de bajos ingresos, el acceso a a este tipo de alimentos resulta muy difícil para la población en general.
Prevenir la deficiencia de B12 representaría la acción más acertada bajo este escenario. "Desafortunadamente, las soluciones duraderas aún no están disponibles", concluyó el profesor Friis.