Investigadores de la Universidad de York han evaluado el valor de la resonancia magnética con sodio (Na)-23 en el diagnóstico del cáncer de mama (CM), hallando que ayuda a distinguir el tejido canceroso del sano y, en combinación con las imágenes de difusión de protones, proporciona una mejor estimación de ...
Investigadores de la Universidad de York han evaluado el valor de la resonancia magnética con sodio (Na)-23 en el diagnóstico del cáncer de mama (CM), hallando que ayuda a distinguir el tejido canceroso del sano y, en combinación con las imágenes de difusión de protones, proporciona una mejor estimación de la celularidad tumoral. El uso simultáneo de ambas técnicas aumenta la fiabilidad de la clasificación del tumor, en comparación con cada técnica por separado, según afirma William Brackenbury, director del estudio.
Realizado en ratones portadores de tumores humanos, éste también pone de manifiesto el valor del Na-23 en la monitorización de la respuesta al tratamiento. Mientras que la administración de fármacos inhibidores de las corrientes de sodio al interior de la célula no tuvo ningún efecto sobre la concentración interna del ión, el tratamiento con docetaxel sí lo tuvo. Este efecto fue discernible únicamente mediante la resonancia con Na-23, ya que los datos de difusión de protones permanecieron inalterados. Brackenbury asegura que la introducción de nuevos métodos de diagnóstico temprano es esencial en la mejora de la gestión del CM metastásico y, particularmente, en el triple negativo, caracterizado por su mala prognosis. La resonancia con Na-23 ofrecería una de las primeras opciones no invasivas en este ámbito, ya que las 3 técnicas de imagen más avanzadas actualmente en uso sí lo son, además de exponer a la paciente a los riesgos asociados al gadolinio y de requerir equipamiento complejo.