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Posible vínculo entre el coronavirus y la enfermedad de Parkinson

En un experimento con ratones, después de la recuperación de la infección se pudo observar el patrón clásico de pérdida de neuronas, frecuente en la enfermedad de Parkinson.

19/05/2022

Las secuelas neurológicas después de una infección viral no suponen ninguna novedad. Ya, tras la pandemia de influenza de 1918, algunos pacientes manifestaron casi una década después el síndrome neurológico llamado "parkinsonismo postencefálico". Lo que hasta ahora es menos conocido es el canal por el que los virus impactan en ...

Las secuelas neurológicas después de una infección viral no suponen ninguna novedad. Ya, tras la pandemia de influenza de 1918, algunos pacientes manifestaron casi una década después el síndrome neurológico llamado "parkinsonismo postencefálico". Lo que hasta ahora es menos conocido es el canal por el que los virus impactan en el cerebro. Sobre esta materia se ha presentado recientemente un estudio llevado a cabo en la Universidad Thomas Jefferson, de Sidney (Australia) codirigido por el colaborador Peter Schmidt, PhD, neurocientífico de la Universidad de Nueva York.

Para la investigación, publicada en ´Movement Disorders´, los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para expresar el receptor ACE-2 humano, que el virus SARS-CoV-2 utiliza para acceder a las células de las vías respiratorias. Los ratones fueron infectados con SARS-CoV-2 y se les permitió recuperarse.

La dosis empleada en este estudio corresponde a una infección moderada por COVID-19 en humanos, con alrededor del 80 % de los ratones infectados sobreviviendo. Unos 40 días después de que los animales sobrevivientes se recuperaran, a un grupo se le inyectó una dosis baja de MPTP (una toxina que se sabe que induce algunas de las características del Parkinson como la pérdida de neuronas expresando la dopamina química y el aumento de la inflamación en los ganglios basales). El grupo de control recibió solución salina. Dos semanas más tarde, los animales fueron sacrificados y sus cerebros examinados.

Los investigadores encontraron que la infección por COVID-19 por sí sola no tuvo ningún efecto sobre las neuronas dopaminérgicas en los ganglios basales. Sin embargo, los ratones que recibieron la dosis baja de MPTP después de recuperarse de la infección exhibieron el patrón clásico de pérdida de neuronas observado en la enfermedad de Parkinson. Esta mayor sensibilidad después de la infección por COVID-19 fue similar a lo que se observó en el estudio de influenza; esto sugiere que ambos virus podrían inducir un aumento equivalente en el riesgo de desarrollar Parkinson.

"Pensamos en una hipótesis de ´múltiples impactos´ para el Parkinson: el virus en sí no mata las neuronas, pero las hace más susceptibles a un ´segundo impacto´, como una toxina o una bacteria o incluso una mutación genética subyacente" explicó el director del Centro Integral de Enfermedad de Parkinson y Trastornos del Movimiento de Jefferson, Dr. Richard Smeyne.

Se ha descubierto que tanto la influenza como el SARS-CoV2 causan una "tormenta de citocinas" o una sobreproducción de sustancias químicas proinflamatorias. Estos químicos pueden cruzar la barrera hematoencefálica y activar las células inmunitarias del cerebro: la microglía. De hecho, los investigadores encontraron un mayor número de microglia activada en los ganglios basales de ratones que se recuperaron del SARS-CoV2 y recibieron MPTP. Si bien el mecanismo no se comprende completamente, los investigadores creen que el aumento de la microglía inflama los ganglios basales y causa estrés celular. Esto luego reduce el umbral de las neuronas para soportar el estrés posterior.

"Si resulta que COVID-19 aumenta el riesgo de Parkinson, será una carga importante para nuestra sociedad y sistema de salud. Pero podemos anticiparnos a ese desafío mediante el avance de nuestro conocimiento de posibles ´segundos impactos´ y estrategias de mitigación", concluyó el Dr. Smeyne.

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