Un equipo encabezado por científicos del Instituto Oncológico Dana-Farber ha desarrollado una vacuna efectiva frente a diversos tipos de tumores sólidos, independientemente de la presencia de mecanismos de resistencia. La vacuna induce la generación de anticuerpos frente a las proteínas MICA y MICB, lo que resulta en la estabilización de ...
Un equipo encabezado por científicos del Instituto Oncológico Dana-Farber ha desarrollado una vacuna efectiva frente a diversos tipos de tumores sólidos, independientemente de la presencia de mecanismos de resistencia. La vacuna induce la generación de anticuerpos frente a las proteínas MICA y MICB, lo que resulta en la estabilización de éstas en la superficie de las células tumorales. Como consecuencia, ambas proteínas pueden ser procesadas por los mecanismos que posibilitan su reconocimiento por los linfocitos T, al tiempo que son utilizadas como diana por las células NK. Kai Wucherpfennig, director del estudio, afirma que MICA/B son producidas por muchos tipos de cáncer en respuesta al daño al ADN. En situaciones fisiológicas ambas son reconocidas por las células NK, lo que resulta en la destrucción de la célula tumoral. Sin embargo, éstas evitan el reconocimiento induciendo la proteólisis de MICA/B. Los experimentos en modelos animales han demostrado que los anticuerpos generados por la vacuna aumentan la densidad de MICA/B en la membrana de las células cancerosas y potencian la presentación de antígenos tumorales por las células dendríticas.
La expresión preservada de MICA/B se asoció a una mayor actividad citotóxica de las células NK. Wucherpfennig prosigue indicando que el ataque coordinado de linfocitos T y células NK neutraliza el crecimiento de tumores deficientes en moléculas MHC de clase I, de otro modo esenciales en la generación de respuestas citotóxicas. Notablemente, la vacuna mostró también eficacia en el contexto adyuvante, previniendo la formación de metástasis tras la cirugía de resección. Wucherpfennig asegura que la mayoría de vacunas convencionales están constituidas por péptidos antigénicos que varían en cada paciente, debido a la diversidad de moléculas de MHC a las que se unen. Esat circunstancia impone la personalización de cada vacuna, en un proceso laborioso y costoso en términos de tiempo. Además, aunque la presentación del antígeno por esta vía es esencial en la activación de los linfocitos T antitumorales, las células cancerosas frecuentemente reducen su expresión de moléculas de MHC, evadiendo con ello la acción del sistema inmunitario. El uso de MICA/B como dianas en la vacuna hace irrelevantes a estos mecanismos de resistencia, así como a otros basados en mutaciones. Los excelentes resultados observados en los modelos preclínicos han motivado el inicio de ensayos clínicos con esta prometedora terapia.