La COVID-19, la mayor pandemia de la era contemporánea, ha generado un gran impacto en la salud física y mental de los profesionales que trabajan en nuestro sistema de salud. Una factura que, hoy en día, sigue pagando el conjunto de los trabajadores de los centros sanitarios y que todavía ...
La COVID-19, la mayor pandemia de la era contemporánea, ha generado un gran impacto en la salud física y mental de los profesionales que trabajan en nuestro sistema de salud. Una factura que, hoy en día, sigue pagando el conjunto de los trabajadores de los centros sanitarios y que todavía no cuenta con una respuesta estructurada ni homogénea. La Fundación Humans presentó este jueves una iniciativa pionera que ofrecerá un diagnóstico cuantitativo y cualitativo del impacto de la pandemia en la salud de los sanitarios: el proyecto AtHenea.
Se trata de una herramienta, desarrollada con la colaboración de la compañía AstraZeneca, que ofrecerá de forma gratuita recursos psicológicos, laborales, legales y sociales que ayuden a superar las situaciones de burnout y de estrés postraumático orientados a todos los profesionales de la salud. La idea es dar respuesta a las necesidades de apoyo psicológico de los profesionales sanitarios. "Detrás de los aplausos, resuenan las historias de muchos profesionales sanitarios que han tenido secuelas y no han recibido el apoyo que se merecen", informó Isabel Perancho, de Comunicación de la Fundación Humans.
Julio Zarzo, presidente de la Fundación Humans, agradeció el apoyo de AstraZeneca al proyecto. "Hoy no vamos a hablar de pacientes, sino de profesionales pacientes", puntualizó. Son profesionales que se han infectado en la pandemia de la Covid-19, como consecuencia de su trabajo. Ofreció datos para enmarcar la dimensión del problema. En febrero, se hablaba de más de 200.000 profesionales infectados. La gravedad de la enfermedad es más acusada en los varones, según un informe del Carlos III en 2020. La mayoría se infectó por contacto con los pacientes. "Intuíamos de que evidentemente estaba ocurriendo algo, que los equipos humanos con el tiempo se iban a quemar, a agotar emocionalmente, y que iba a haber cierta desmotivación, que es lo que estamos observando", subrayó. Por eso, el cuidar al cuidador. El próximo sábado, 25 de junio, se realizará la primera acción para tener a 125 profesionales para trabajar en qué tipo de iniciativas se pueden promover para mejorar la salud socioafectiva de los profesionales sanitarios. Explicó que el nombre AtHenea es por la diosa de la guerra, la hija de Zeus, porque la primera palabra que se viene de la pandemia es "batallar". Pero, AtHenea no era beligerante y era mujer, que son las que más han sufrido en la pandemia, sobre todo las enfermeras.
En la jornada del sábado, se hará una encuesta a los profesionales sanitarios, por parte de los Consejos Generales, para ver qué situación actual es la que hay. Para hacer una fotografía y saber qué servicios ofertar. La pandemia ha tenido "una importante desestructuración, y los problemas no han sido sólo físicos y psicológicos, para llevar los cuidados de una manera vertebrada". Invitó a todas las organizaciones a unirse al proyecto.
José Martínez Olmos, coordinador del proyecto, señaló que dar respuesta a los desafíos originados por la pandemia es un reto. "Es un ejemplo de responsabilidad social, porque los tiempos que vivimos requieren de respuestas coordinadas y compartidas", alegó. Advirtió de que no podemos dar por cerrada la pandemia. Es un proyecto que pretende dar una "respuesta profesional al profesional", con metodologías basadas en la evidencia. Por ello, "requiere de alianzas". "Vamos a conseguir ser pioneros en Europa, porque estos problemas los tienen todos los sistemas sanitarios", aseveró. En ese sentido, la Covid-19 ha puesto de manifiesto "la debilidad de la especie humana", lo que ha generado incertidumbre y temor en la sociedad y, por ende, en los profesionales sanitarios. Rubén Moreno, también coordinador del proyecto, dijo que el impacto lo hemos vivido todos, pero el colectivo de los profesionales sociosanitarios lo han vivido con más intensidad. "Hay muchos datos que no se conocen porque ya no se miden. El virus sigue ahí. En este siglo XXI, ha habido unas 70 pandemias. Y vendrán otras. Las lecciones que sacamos deben valer tanto para hoy como para el mañana", expresó. Sostuvo que nos hemos olvidado de los aplausos desde los balcones. Los profesionales sanitarios se han tenido que enfrentar a dilemas éticos, comunicar que no había respiradores y en algún caso incluso han tenido que elegir. Eso les ha impactado. Conviene no olvidar a una parte del personal, que no es sanitario, de los centros. Y no sólo es un desgaste emocional. Po eso, es necesario identificar al colectivo más vulnerable y puede ser de gran ayudar el brindar otros instrumentos. Se necesita más ayuda. De acuerdo con sus problemas, "el problema es que puede que ésta sea la única ayuda que reciban". Hizo hincapié en que "es importante ayudar a los que ayudan".
Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca, contó que "lo más importante era poner una vacuna en tiempo récord". Fue para ellos un compromiso de responsabilidad social. Resaltó que la suya ha sido la vacuna que ha llegado a más países del mundo. Añadió que hay que seguir trabajando en todo esto.
Varios profesionales sanitarios aportaron información y testimonio sobre el impacto de la pandemia en su salud física y mental y las consecuencias de la falta de atención. Juan Torres, jefe de Medicina Interna del Hospital Infanta Leonor de Madrid, narró su experiencia, cómo el sistema se colapsó en las primeras semanas. Él tuvo que coordinar un equipo de 170 médicos, de todas las especialidades. "Todos teníamos miedo. Nos enfrentábamos a lo desconocido, sin equipos de protección y viendo a muchas personas fallecer. Había que ajustar todos los días las planillas, con el miedo de no infectar a las familias", describió. En las siguientes oleadas, también hubo sobrecarga. Estamos ahora en la séptima ola, con pacientes más ancianos. Y "parece que la pandemia ha desaparecido, cuando se espera que se incremente en las próximas tres semanas". Otro elemento devastador es "ver el panorama de cómo ha quedado el sistema sanitario". Mencionó que la crisis de Atención Primaria es la más grave de los últimos 30 años. Subrayó que, sino no hay voluntad para que la Primaria reflote, en unos años el trabajo será durísimo. Las Urgencias de toda España están colapsadas en junio, que suele ser un mes bueno. Respecto a los sanitarios, hay gente que ha dejado los trabajo o se han tenido que recolocar en puestos sin estrés, o que tienen Covid-19 Persistente. Hizo un llamamiento para que haya una inversión mayor en Covid-19 Persistente, que podría convertirse en "una enfermedad invisible". Este proyecto "es muy importante, porque nos va a permitir saber cómo estamos, con una gran cantidad de profesionales agotados, y para dar unas herramientas y vías de ayuda para cuidar". Avisó de que una sociedad que no cuida a los que cuidan es una sociedad sin futuro.
La experiencia de Marina Moreno, enfermera en un centro de salud rural, es que la pandemia, ella trabaja en un centro rural, ha condicionado toda su actuación a lo largo de la pandemia, "y así continúa siendo". Ellos tuvieron que prescindir de personas, porque hubo que trasladarlas al Zendal, y tuvieron que cerrar puntos de atención. Les reforzaron por recursos materiales y humanos, pero ya no disponen de una sobreplantilla, por la que pudieron salir adelante. Ahora, el nivel de exigencia es mayor que en 2019. La enfermería es "una profesión fundamentalmente humanista". Esto tiene que ser un punto de inflexión, donde no sólo se humanice el trato a los pacientes. Hay que incluir en esa humanización a los profesionales de la salud. En estos momentos, están aflorando "las secuelas del estrés vivido". Comentó que, cuando se volvía a casa, era cuando se tomaba conciencia de lo que se estaba pasando. Uno mismo se imponía un aislamiento social. Expresó que "entrar en las residencias fue muy duro". Para ella, lleva pasando factura muchos meses y "se está colmando el vaso". Lamentó que están muy al límite.
Por su parte, Rosalía Gozalo, farmacéutica, transmitió los sentimientos de los farmacéuticos todos estos meses. La situación fue caótica, y "todos los farmacéuticos" han frenado oleadas a los centros de Salud y hospitales. Más del 80% de la profesión son mujeres, y está ese sentimiento del cuidador. Se iba a la farmacia a por medicación y a "buscar aliento y a que alguien les ayudara a gestionar esa incertidumbre". El teléfono se convirtió en la música habitual de su farmacia. Hay pacientes que visitan la farmacia hasta dos veces, por lo que "hay una vinculación emocional, más allá de lo profesional". En los dos primeros meses de la pandemia, trabajó más de 16 horas diarias y protocolizaron mucho la farmacia. Como farmacéutica, se lleva el aprendizaje de aprender de la experiencia. "Nos estamos enfrentando a la nueva normalidad con ansiedad y estrés", apuntó. Hay pacientes cuya calidad de vida ha descendido. Hace reflexión de qué necesita ella y su equipo. Y son un equipo que "ha perdido vitalidad y energía". Hay que tener "herramientas que nos ayuden a cuidarnos", para luego cuidar a una sociedad que necesita de los profesionales sanitarios. Están aprendiendo a identificar signos de aislamiento y de problemas mentales. Personas que dejaron de ir a la farmacia, desgraciadamente se llamó a Urgencias, y habían fallecido solas en su domicilio.
Zarco aclaró que la encuesta irá de aquí al mes de noviembre. La foto se tendrá en noviembre-diciembre y los servicios se ofrecerán a partir del próximo año. Serán servicios de diferente ámbito. Ha habido mucha desestructuración social, con situaciones incluso jurídicas. Habrá diferentes tipos de colaboraciones y ayudas. A principios de año se presentará la plataforma estructurada. La intención es que los Consejos Generales se conviertan en correas de transmisión y canales de comunicación, al igual que las administraciones. Se tendrá que aportar mucho esfuerzo humano y económico, puesto que serán servicios gratuitos.
Torres expuso que en esta séptima ola el número de pacientes hospitalizados es menor. Los que ingresan suelen ser pacientes mayores, frágiles, con muchas patologías. "La situación es mejor que en otras oleadas", pronunció. Eso sí, la actividad es similar en verano e invierno. Pidió dar un mensaje de que la Covid-19 no ha desaparecido. Marina Moreno asintió que la realidad es que todos los días atienden llamadas de pacientes que dan positivo en test hechos en su casa, "normalizando esa enfermedad, lo que pasa es que no todo el mundo lo pasa de esa forma leve". La pandemia en estos momentos está "infradiagnosticada". Gozalo defendió que la llegada de los test de autodiagnóstico ha sido una herramienta muy útil. Informó de que han percibido que se están comprando más test y que hay relación de muchos ciudadanos por el agotamiento.