En los últimos años, han crecido las diferentes afecciones que se asocian a la dermatología. Se trata de una especialidad muy variada, donde se encuentra tanto patología inflamatoria como patología infecciosa o patología tumoral, y se relaciona también con el fotoenvejecimiento y el efecto tóxico del ambiente. Así lo reafirma ...
En los últimos años, han crecido las diferentes afecciones que se asocian a la dermatología. Se trata de una especialidad muy variada, donde se encuentra tanto patología inflamatoria como patología infecciosa o patología tumoral, y se relaciona también con el fotoenvejecimiento y el efecto tóxico del ambiente. Así lo reafirma Susana Puig, jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, investigadora del grupo de investigación "Melanoma: Imagen, Genética e Inmunología" del IDIBAPS y doctora miembro de la junta directiva de ASEICA, la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer.
"Un porcentaje importante tiene que ver con cáncer cutáneo, pero cubrimos prácticamente todos los aspectos, desde infecciones víricas como las verrugas y los moluscos, hasta infecciones parasitarias como la sarna, los hongos, otro tipo de infecciones bacterianas, el acné, la rosácea, las alopecias, los trastornos de las uñas y de los anejos, patología inflamatoria como la psoriasis, los eccemas, dermatitis atópicas, alergias de contacto, u otros", explica Puig. Se trata, por tanto, "de una especialidad súper amplia y variada".
La prevalencia del cáncer de piel en España
La incidencia del cáncer de piel en España, una de las afecciones que más preocupa dentro de la dermatología, se sitúa entre 350 y 400 casos por 100.000 habitantes. "Es el tipo de cáncer más frecuente y eso que en los registros no se incluye todo lo que llamamos cáncer cutáneo no melanoma", exponela doctora. También explica que "la incidencia de melanoma en España viene a ser unos 12 casos por 100.000 habitantes, pero de cáncer cutáneo no melanoma, sobre todo el carcinoma basocelular y las queratosis actínicas son muchísimo más frecuentes. Consideramos que, a partir de los 60 años, el 50% de la población ha tenido, como mínimo, un cáncer cutáneo no melanoma", según explica Susana Puig.
Por tanto, se trata de una prevalencia muy alta, sobre todo cuando nos vamos haciendo mayores, "aunque también es cierto que el melanoma empieza a diagnosticarse ya en la adolescencia". La doctora también apunta que, aunque no es habitual, de los tumores raros en los niños, el melanoma es el más frecuente. "Es rarísimo porque la incidencia es muy baja, a lo mejor uno de cada millón, pero los niños pueden tener melanoma, en la adolescencia empieza a ser un poco más frecuente, y ya en el adulto joven es uno de los tumores más frecuentes".
Este melanoma en los niños surge en pequeños que tienen melanomas sobre un lunar gigante que tienen desde el nacimiento, y "pueden desarrollar melanoma, aunque no siempre pasa así". La doctora también explica que esta enfermedad se da en niños que tienen una predisposición genética, bien porque tienen una enfermedad que no les permite reparar el daño producido por la luz ultravioleta, que se conoce como xeroderma, bien porque pertenecen a familias con melanoma familiar, o porque tienen pieles extraordinariamente claras, ojos claros, cabello muy claro, y se han quemado en los primeros años de vida. "A partir de la adolescencia, ya pueden desarrollarse los mismos tipos de melanoma de la edad adulta. Normalmente, siempre que tenemos un aumento de incidencia, alguien empieza y después ya aumenta mucho más. Hay un subtipo de melanoma que es propio de la infancia, que es el melanoma tipo Spitz, del cual no sabemos cuáles son los factores de riesgo. Sobre todo, en los niños lo que tenemos que hacer es prevenir el aumento de riesgo de melanoma en la edad adulta".
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