La retina sensible a la luz del ojo aprovecha diferentes circuitos dependiendo de si está generando una visión de formación de imágenes o realizando una función no relacionada con la visión, como regular el tamaño de la pupila o los ciclos de sueño/vigilia, según un nuevo estudio conjunto de los ...
La retina sensible a la luz del ojo aprovecha diferentes circuitos dependiendo de si está generando una visión de formación de imágenes o realizando una función no relacionada con la visión, como regular el tamaño de la pupila o los ciclos de sueño/vigilia, según un nuevo estudio conjunto de los Institutos Nacionales del Ojo (NEI) y de Salud Mental (NIMH) (EEUU). Estos hallazgos podrían tener implicaciones para comprender cómo nuestros ojos ayudan a regular el estado de ánimo, la digestión, el sueño y el metabolismo.
"Sabemos mucho sobre las vías involucradas en la visión de formación de imágenes, pero hasta ahora se desconocía si los comportamientos visuales que no forman imágenes dependen de estas mismas vías en el ojo", según Johan Pahlberg, director del Grupo de Fisiología de Fotorreceptores en NEI y autor principal del estudio.
La visión comienza cuando la luz viaja hacia el ojo y golpea los fotorreceptores sensibles a la luz de la retina. Los fotorreceptores transfieren señales a través de varias capas de neuronas retinianas antes de que esas señales se envíen al cerebro. La luz también desencadena ciertas funciones no relacionadas con la visión, como controlar la cantidad que recibe el ojo a través de la pupila (reflejo de luz pupilar) y regular el ciclo de vigilia/sueño (ritmo circadiano). La interrupción del ritmo circadiano se ha relacionado con problemas de sueño, obesidad y otros problemas de salud.
Pahlberg y sus colegas estudiaron grupos de ratones que habían sido modificados genéticamente para desactivar uno o más enlaces de vías, o sinapsis, entre los fotorreceptores y su siguiente neurona posterior. vecinas, llamadas células bipolares. El grupo investigó las funciones de los fotorreceptores de bastón, que son sensibles a niveles bajos de luz; fotorreceptores de cono, que ven el color; así como tres tipos de células bipolares: células bipolares de varilla, células bipolares de cono "encendido" y células bipolares de cono "apagado".
"Nos sorprendió descubrir que los animales con solo células bipolares ´apagadas´ no pueden adaptarse a los cambios en el ciclo día/noche, pero aún pueden ver y responder a eventos visuales, lo que significa que tienen una visión funcional de formación de imágenes", explicó Pahlberg. "Nos sorprendió igualmente que los fotorreceptores de varilla, que están optimizados para condiciones de poca luz, todavía se usaran para la respuesta pupilar incluso cuando los niveles de luz eran altos. Realmente pensamos que las varillas estarían al máximo en ese punto".
Estos investigadores esperan que estos hallazgos en ratones sean válidos para los humanos, ya que el circuito de la retina es similar en los mamíferos. En el futuro, tienen la intención de explorar otras funciones de la retina que no forman imágenes, como la regulación del estado de ánimo, y ver de qué otra manera se utilizan estos diferentes circuitos retinales.