A la salud de la piel también le ha afectado la pandemia. Además de los retrasos diagnósticos en las patologías oncológicas, falta de acceso a tratamientos innovadores, y demás daños colaterales derivados de la grave crisis sanitaria, en los últimos meses han dado la cara fenómenos tales como enfermedades emergentes. ...
A la salud de la piel también le ha afectado la pandemia. Además de los retrasos diagnósticos en las patologías oncológicas, falta de acceso a tratamientos innovadores, y demás daños colaterales derivados de la grave crisis sanitaria, en los últimos meses han dado la cara fenómenos tales como enfermedades emergentes. La viruela del mono es un ejemplo de ello, pero no el único: el aumento de casos de sarna o escabiosis, las manifestaciones dermatológicas del Covid-19...
En resumidas cuentas, la dermatología tiene unos cuantos desafíos por delante en esta fase pospandémica, aunque podrían resumirse en recuperar la salud del órgano más extenso del cuerpo.
La hoja de ruta para alcanzar este objetivo la han trazado a principio de junio en el marco del 49º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV). "Después de la pandemia, el reto de los dermatólogos es que nuestros pacientes sean atendidos en el mejor tiempo y forma posibles, reducir los tiempos de espera, sobre todo para las intervenciones quirúrgicas de tumores, para reducir el tamaño de los mismos y mejorar así el pronóstico de los pacientes", destacó Pedro Jaén, presidente de la AEDV, en la presentación del encuentro.
Cáncer de piel: menos diagnóstico, disminuye la supervivencia
"El cáncer de piel forma parte del 40% de los cánceres que son prevenibles y cuya incidencia podríamos reducir considerablemente si brindáramos una educación más constante y generalizada a la población. Esto debería ser complementario a un marco regulatorio y de políticas adecuado para reducir la incidencia y evitar que se convierta en un desafío importante para los sistemas de salud", destacó la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV) al presentar los datos de su encuesta más reciente sobre esta patología.
En España se diagnostican alrededor de 78.000 nuevos casos al año, de los cuales un 5% son melanomas, un tipo de cáncer más agresivo y con peor pronóstico. El 95% restante se corresponde con cáncer de piel no melanoma, fundamentalmente carcinomas basocelulares (CBC) y espinocelulares (CEC), que, aunque en términos generales tienen mejor pronóstico, en ocasiones pueden dar lugar a complicaciones importantes y metástasis.
En el primer año de pandemia se experimentó una disminución de los diagnósticos de cáncer de piel, en general, y de melanoma, en particular. Esto conlleva a una menor supervivencia del paciente, como puso de manifiesto que después del confinamiento se produjese un aumento de melanomas con un peor estadiaje tumoral, con un aumento del espesor de Breslow y del número de mitosis. Concretamente, un 27,5% de los pacientes presentaban tumores de estadio T1 (frente a 40,3% recogidos en una muestra inicial previa al confinamiento) y más de un 30%, tumores en estadio T4 (frente al 16,3% en la muestra inicial).
Ante este escenario, los médicos calculan que, en 2020, como consecuencia del Covid-19, una de cada cinco personas con melanoma en fase inicial no fue diagnosticada.
Grandes avances en inmunoterapia
La buena noticia es que las innovaciones terapéuticas en oncología, tanto en melanoma, el cáncer de piel más agresivo, como en otros tumores, están abriendo nuevos horizontes para los pacientes. Especialmente el uso de nuevos fármacos y tratamientos, así como la incorporación de herramientas de inteligencia artificial (IA) a los métodos de diagnóstico, como detallaron los especialistas en el 49º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología.
Aunque el tratamiento más extendido para el cáncer de piel continúa siendo el quirúrgico (en el caso de tumores pequeños y localizados, basta con una extirpación sencilla), hay pacientes para los que la cirugía no es una opción, o bien necesitan de procedimientos complementarios. Onofre Sanmartín, jefe clínico del Servicio de Dermatología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, explicó, en este sentido, que para el tratamiento de los carcinomas basocelulares, que representan el 80% de los casos diagnosticados de cáncer de piel en España, "el uso de nuevos fármacos como vismodegib y sonidegib, inhibidores de la vía de señalización hedgehog, proporciona una tasa de respuesta superior al 75% en los pacientes con peor pronóstico".
De igual modo, "se está avanzando mucho en el tratamiento precáncer cutáneo", dirigido a pacientes con la piel dañada por el sol de forma crónica. "Para ellos, hemos desarrollado nuevos fármacos de uso tópico, como la tirbanibulina, que revierte y/o reduce el riesgo de aparición de carcinomas; y si finalmente aparecen, son más pequeños o lo hacen en menor número", informó el doctor Sanmartín.
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