El calor produce un aumento de la sudoración y, por tanto, un mayor riesgo de deshidratación, que puede estar de por sí aumentado en personas que tienen hiperglucemia debido a la pérdida de agua a través de la orina. Además, las altas temperaturas producen vasodilatación, ensanchamiento de los vasos sanguíneos ...
El calor produce un aumento de la sudoración y, por tanto, un mayor riesgo de deshidratación, que puede estar de por sí aumentado en personas que tienen hiperglucemia debido a la pérdida de agua a través de la orina. Además, las altas temperaturas producen vasodilatación, ensanchamiento de los vasos sanguíneos que permite un mayor flujo de sangre. Esta situación podría provocar una absorción más temprana de la insulina administrada, lo que resultaría en una hipoglucemia.
Debido a todo esto, en verano es esencial que las personas con diabetes estén bien hidratadas, realicen una adecuada monitorización de sus niveles de glucosa y una buena planificación de sus desplazamientos y cambios en sus rutinas.
Ana Trabadelo, divulgadora en diabetes con una amplia experiencia y persona con diabetes tipo 1 y profesionales sanitarios dan a conocer cómo afectan el calor y la deshidratación a las personas con diabetes.