La estimulación por campo magnético estático podría considerarse como una opción complementaria para tratar los movimientos involuntarios causados por la administración de Levodopa en la enfermedad de Parkinson, según un estudio dirigido por el coordinador de Investigación de HM CINAC, Guglielmo Foffani, publicado en la revista ´BrainStimulation´ y financiado por ...
La estimulación por campo magnético estático podría considerarse como una opción complementaria para tratar los movimientos involuntarios causados por la administración de Levodopa en la enfermedad de Parkinson, según un estudio dirigido por el coordinador de Investigación de HM CINAC, Guglielmo Foffani, publicado en la revista ´BrainStimulation´ y financiado por The Michael J. Fox Foundation.
El tratamiento se aplica mediante un casco elaborado con materiales poliméricos y diseñado para posicionar un imán moderadamente potente encima de la cabeza del paciente, concretamente sobre la corteza motora, que es la responsable del movimiento del cuerpo.
"El campo magnético del imán reduce la excitabilidad de las neuronas y ese efecto es el que mejora las discinesias. Esta tecnología podría ser útil tanto para el tratamiento sintomático de varios trastornos hipercinéticos -exceso de movimiento-, independientemente de si su origen es iatrogénico (efecto secundario de los fármacos, por ejemplo) o idiopático (causado directamente por una enfermedad)", ha explicado Foffani.
En este sentido, se están obteniendo también resultados prometedores para el tratamiento del temblor esencial. Además, en otros centros, se está probando la misma tecnología para el tratamiento de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la fibromialgia y otras patologías.
El casco de estimulación por campo magnético estático ha sido desarrollado por la startup española Neurek, fundada por el Foffani junto a los también investigadores Antonio Oliviero y Juan Aguilar y a la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y que cuenta con el apoyo de HM Hospitales.
Una de las "grandes ventajas" de este tratamiento no invasivo es que al tratarse de un casco que debe ponerse el paciente y no necesita corriente ni ningún dispositivo eléctrico o electrónico puede realizarse en el domicilio, siguiendo únicamente la pauta marcada por el especialista. Este hecho hace que resulte "más cómodo" para él, "más sostenible" para la sociedad y como su coste es reducido, comporta un ahorro económico para el sistema sanitario.
Una vez validados los resultados de este trabajo, Foffani considera que hay que seguir avanzando en la investigación, por lo que el paso siguiente será evaluar tratamientos muchos más prolongados, tal y como ya se está haciendo en un ensayo clínico puesto en marcha en Italia para el tratamiento de la ELA.