Los lípidos incluidos en la dieta pueden metabolizarse o almacenarse para proporcionar energía al cuerpo. Pero también están involucrados en la regulación de los genes expresados ​​dentro y la señalización entre las células. Estos influyen en cómo se comportan y funcionan las células, lo que afecta muchos procesos en el organismo, incluido el sistema inmunológico.

Aunque los investigadores ahora saben que los lípidos ayudan a regular el comportamiento de las células inmunitarias, hay poca comprensión de cómo están involucrados los mecanismos específicos y las moléculas de lípidos. Para abordar esta brecha en nuestro conocimiento, los investigadores del King´s College London observaron cómo los lípidos afectan el sistema inmunológico.

El trabajo, publicado recientemente en ´Nature Communications´, investigó el papel de los lípidos en el control de los macrófagos. Estas son células del sistema inmunitario innato que patrullan por el organismo para ingerir y destruir microbios, sustancias químicas tóxicas y células muertas/cancerosas en un proceso llamado fagocitosis. También pueden ayudar a coordinar una respuesta inmunitaria más amplia al enviar señales a otras células inmunitarias.

Vínculo directo

Los investigadores, dirigidos por Phillip Brailey y Lauren Evans bajo la supervisión de Patricia Barral, identificaron un vínculo directo entre los macrófagos y una vía molecular de lípidos. Las vías de los lípidos desencadenan una señal química en el macrófago que influye en su activación y comportamiento, haciéndolo más sensible a las señales del sistema inmunitario.

Cuando los investigadores modificaron la ruta de los lípidos en los macrófagos, también encontraron que los cambios afectaban su comportamiento. Específicamente, los cambios hicieron que los macrófagos respondieran menos a las señales inmunitarias, lo que afectó la respuesta inmunitaria general. Ello muestra cómo las modificaciones en la vía dependiente de lípidos pueden influir en las células inmunitarias.

Además de identificar un nuevo mecanismo molecular en el sistema inmunológico, los datos destacan una nueva vía potencial para la terapia. Dado que dirigirse a esta vía de lípidos cambia el comportamiento de los macrófagos, ello podría a establecer la base de terapias en una amplia gama de enfermedades, incluidas enfermedades autoinmunes, cánceres, infecciones y sepsis.