El próximo viernes 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, una enfermedad que es considerada ya como un problema de salud pública de primer orden. No en vano, según datos de la última Encuesta europea de salud, a mediados de 2020 había 2,1 ...
El próximo viernes 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, una enfermedad que es considerada ya como un problema de salud pública de primer orden. No en vano, según datos de la última Encuesta europea de salud, a mediados de 2020 había 2,1 millones de personas en España con un cuadro depresivo.
Con motivo de la efeméride, los expertos de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) han querido alzar la voz para recordar la estrecha relación existente entre la depresión y las adicciones (especialmente las adicciones a sustancias). "Las personas con depresión, por simple ensayo y error, encuentran muchas veces que algunas sustancias, como por ejemplo el alcohol, al actuar sobre el sistema opioide y el sistema de recompensa cerebral, les producen una mejora inmediata, lo que les puede conducir a acabar desarrollando una adicción a estas sustancias", explica el doctor Néstor Szerman, psiquiatra del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de la Fundación Patología Dual.
Según los datos de varias investigaciones realizadas en España por la Sociedad Española de Patología Dual, se estima que casi una de cada tres personas con depresión presenta también ciertos grados de adicción a sustancias como alcohol, el tabaco o los opioides. La relación también se da a la inversa, ya que como señala el doctor Szerman, es muy frecuente el diagnóstico de depresión en personas con adicción a las sustancias antes citadas.
"Si la adicción es fundamentalmente a estimulantes, estas personas con depresión presentarán además un fenotipo que cursa también con impulsividad", añade el experto, que destaca la necesidad de que estos casos de confluencia de adicciones y otros trastornos mentales sean abordados desde la perspectiva de la patología dual y de la psiquiatría de precisión: "Los profesionales que ignoran el concepto de patología dual suelen atribuir a la adicción a sustancias el origen del trastorno, en este caso de la depresión, con lo que le piden al paciente que deje de consumir sustancias o que acuda a un dispositivo de adicciones. Pedirle a una persona que además de depresión sufre de adicción, que deje de usar sustancias psicoactivas, es como pedirle a una persona con fiebre que deje de tenerla".
En ese sentido, Szerman hace hincapié en la necesidad de un abordaje psiquiátrico personalizado, lo que requiere de una identificación del fenotipo de depresión y del tipo de adicción de cada paciente para, a partir de ahí, comenzar un tratamiento integrado de ambos trastornos (adicción y depresión) y acabar con uno de los problemas que lastran la recuperación de estos pacientes, el conocido como síndrome de la puerta equivocada: "Los pacientes con patología dual se ven obligados a acudir a distintos dispositivos sanitarios (salud mental y adicciones) para tratar esta condición clínica, la patología dual, cuando realmente el tratamiento debería ser integral e integrado, como ha puesto en evidencia numerosas investigaciones recientes", concluye.