La fibrilación auricular, la miocardiopatía o algunos tipos de accidentes cerebrovasculares pueden causar aturdimiento o mareos, según recuerda la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (ASA, por sus siglas en inglés). En general, la falta de un flujo sanguíneo adecuado puede hacer que las personas experimenten mareos o se sientan aturdidas. Ocasionalmente, ...
La fibrilación auricular, la miocardiopatía o algunos tipos de accidentes cerebrovasculares pueden causar aturdimiento o mareos, según recuerda la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (ASA, por sus siglas en inglés).
En general, la falta de un flujo sanguíneo adecuado puede hacer que las personas experimenten mareos o se sientan aturdidas. Ocasionalmente, la fibrilación auricular o la miocardiopatía pueden limitar el flujo de sangre al cerebro. Sin embargo, el mareo es común y también puede ser un síntoma de deshidratación, una infección viral u otros problemas menores.
"Algunos sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares pueden reportar aturdimiento, mareos o problemas de equilibrio", señaló el Dr. Mitchell SV Elkind, neurólogo y director científico clínico de la American Heart Association. "Sentirse mareado también puede ser un síntoma de fibrilación auricular (AF o AFib), el tipo más común de arritmia cardíaca y cardiomiopatía , una afección que dificulta que el corazón bombee sangre al resto del cuerpo", añadió.
El accidente cerebrovascular puede ocurrirle a cualquier persona, a cualquier edad, en cualquier momento, y todos deben conocer las señales de advertencia. Es por ello que, desde la ASA se recuerdan los principales signos de alarma, entre ellos: rostro caído; debilidad en un brazo; y dificultad para hablar.
A dichos síntomas, se puede añadir: adormecimiento repentino o debilidad en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo; confusión repentina y dificultad para hablar o entender el habla, problemas de visión en uno o ambos ojos; dificultad para caminar , mareos, pérdida del equilibrio o la coordinación, junto con dolor de cabeza severo y repentino sin causa aparente.