El desequilibrio de la microbiota del sistema reproductor femenino superior puede provocar situaciones de infertilidad, según un estudio publicado en la revista ´Gynecological and Reproductive Endocrinology and Metabolism´ y en el que ha participado el director de la clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik. Actualmente, entre el 10 y el 12 ...
El desequilibrio de la microbiota del sistema reproductor femenino superior puede provocar situaciones de infertilidad, según un estudio publicado en la revista ´Gynecological and Reproductive Endocrinology and Metabolism´ y en el que ha participado el director de la clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik.
Actualmente, entre el 10 y el 12 por ciento de mujeres en la edad reproductiva son infértiles y la causa más común está relacionada con afecciones de las trompas de Falopio (conductos que unen los ovarios con el útero). Una inflamación de las trompas afectadas, conduce a su obstrucción y, consecuentemente, una infertilidad llamada tubárica.
La infertilidad tubárica fue la primera indicación de la fecundación in vitro (FIV) al nivel mundial en los años 70-80 del último siglo y, como un tratamiento alternativo, se realizaban intentos de reparación de las trompas obstruidas por una microcirugía.
Un estudio coordinado por el doctor Tesarik, y publicado ya en el año 1983 en la revista médica ´Fertility and Sterility´, demostró que la transferencia de óvulos, junto con los espermatozoides dentro de las trompas recién operadas puede resultar en un embarazo y nacimientos de niños normales. Sin embargo, la experiencia de Tesarik y otros médicos indicó que la reparación por microcirugía de las trompas dura poco y las trompas suelen obstruirse de nuevo algún tiempo después.
"En los años 1980 estábamos lejos de encontrar la respuesta a esta pregunta, y la microcirugía de las trompas se iba progresivamente abandonada a favor de la FIV. Hoy sabemos que hay otras causas probables, relacionadas con la microbiota del sistema reproductor femenino", ha comentado Tesarik.
En este sentido, la co-directora de la clínica MARGen, Raquel Mendoza Tesarik, ha recordado que muchas parejas jóvenes sufren fracasos repetidos de la FIV, a pesar de la calidad de espermatozoides y de los óvulos normales. "Queda por determinar la prevalencia de obstrucción de las trompas en aquellos casos y compararla con la de las parejas con éxito", ha añadido.
A la luz de esta probabilidad, el doctor ha comentado que si la microbiota tubárica es responsable (una hipótesis probable), la obstrucción de las trompas no impedirá que la misma microbiota esté en la cavidad superior uterina, donde se transfieren los embriones después de la fecundación in vitro para su implantación.
"De este modo, las anomalías de la microbiota tubárica serían las mismas que las del fondo de la cavidad uterina, dónde los embriones son transferidos después de la FIV y dónde tendría ocurrir su implantación. Y estas anomalías pueden provocar una condición de inflamación y el rechazo a la implantación de los embriones transferidos. Si es así, la FIV no podrá resolver el problema de infertilidad en esos casos", ha argumentado.