El trasplante de médula ósea sigue siendo la única opción potencialmente curativa para los tumores hematológicos, según ha asegurado el jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia en MD Anderson Cancer Center Madrid, Adolfo de la Fuente. En este sentido, el experto ha comentado los nuevos agentes y opciones de tratamiento ...
El trasplante de médula ósea sigue siendo la única opción potencialmente curativa para los tumores hematológicos, según ha asegurado el jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia en MD Anderson Cancer Center Madrid, Adolfo de la Fuente.
En este sentido, el experto ha comentado los nuevos agentes y opciones de tratamiento no están sustituyendo al trasplante sino permitiendo que, en muchas ocasiones, más personas puedan llegar a él y, en consecuencia, dispongan de esta opción potencialmente curativa.
"Los nuevos tratamientos lo que nos permiten es reconstruir las agendas viendo cuál debe ser el papel del trasplante en cada caso, de forma individualizada; es decir, ahora podemos crear nuevos itinerarios de tratamientos para alcanzar un mejor pronóstico", ha detallado.
En el pasado, el trasplante de médula era con frecuencia la consolidación final de un plan de tratamiento. Actualmente, en base a las necesidades de cada persona y los fármacos disponibles, se están introduciendo nuevas herramientas posteriores llamadas de mantenimiento cuyo objetivo es mejorar los resultados del trasplante y prolongarlos en el tiempo.
"Estas nuevas estrategias, que incluyen nuevas moléculas y combinaciones, o la llegada de las terapias CAR-T, permiten valorar cuando y de qué forma es conveniente hacer el trasplante al paciente para optimizar su resultado", ha enfatizado el especialista de MD Anderson Madrid, tras destacar que las modalidades de trasplantes también han avanzado hacia una mayor seguridad y efectividad.
A fecha 1 de enero de 2023, España cuenta con 474.455 donantes de médula ósea disponibles en el Registro Español (REDMO), de los cuales 21.903 son donantes que se incorporaron en 2022. Gracias a ellos, el incremento del trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) de donante no emparentado ha crecido un 29 por ciento con respecto a 2020, año en el que se redujo en un 2,5 por ciento por el impacto de la Covid-19.
Además, los trasplantes alogénicos han aumentado un 10 por ciento con respecto al 2021 y un 12 por ciento si se compara con la actividad prepandémica registrada en 2019. "La donación de progenitores hematopoyéticos se hace, habitualmente, mediante una técnica de movilización de las células y extracción de las células llamado aféresis, procediendo posteriormente a su congelación, para su infusión al paciente en el momento oportuno", ha explicado.
En una segunda fase, continúa, se administra el acondicionamiento al paciente, que es un tratamiento que le prepara para recibir las células del donante que anidarán en la medula permitiendo una hematopoyesis sana. "Este proceso es seguro y con mínimos riesgos para el donante", ha zanjado.