La enfermedad renal crónica (ERC) es conocida mundialmente como la epidemia silenciosa por su alto impacto en Salud Pública y el paradójico desconocimiento que tiene la población acerca de ella. Las previsiones en relación a la ERC no son poco favorables, pues se estima que se convertirá en la quinta causa de muerte a nivel mundial para el año 2040 y en España, la segunda causa de muerte para el año 2100.

De las dos modalidades de diálisis disponibles, diálisis peritoneal (DP) y hemodiálisis (HD), la primera se presenta como una recomendación expresa de terapia sustitutiva renal (TSR) por parte de los profesionales sanitarios y, pese a ello, tan solo el 16% de los pacientes la eligen.En este sentido, es clave el papel del profesional sanitario en la toma de decisiones compartidas con el paciente para elegir el tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades garantizándole información de calidad sobre las distintas modalidades de diálisis a las que puede optar.

"La vida del paciente urémico suele ser larga, lo que les permite optar a las distintas modalidades de tratamiento renal sustitutivo. Existe un momento clave para cada uno de estos tratamientos, siendo cierto que la diálisis peritoneal otorga innumerables ventajas como modalidad inicial de tratamiento. Los beneficios de las técnicas domiciliarias son claros, tanto desde la perspectiva del paciente como para el sistema sanitario", afirma el Dr. Emilio Sánchez, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Cabueñes, en el marco de la jornada "Un buen comienzo 2023, abordaje integral de la toma de decisiones en TSR", organizada por Baxter, y en la que se han reunido más de 30 nefrólogos con el objetivo de compartir experiencias sobre la importancia del proceso integral de la toma de decisiones en tratamiento renal sustitutivo (TSR).

"Sin duda, para aquellos pacientes que vayan a ser trasplantados, la mejor opción es hacer diálisis peritoneal como terapia de diálisis previa", asegura el doctor Sánchez. Por un lado, se preserva el árbol vascular, ya que no es necesario crear fístulas arteriovenosas ni colocar catéteres venosos centrales. Además, según afirma el nefrólogo, aquellos enfermos renales que proceden de diálisis peritoneal tiene una menor disfunción inicial del injerto y una mejor supervivencia del injerto y del paciente a los 5 años.

Terapias domiciliarias: mayor supervivencia, autonomía y calidad de vida para el paciente

En nuestro país, la ERC es considerada uno de los problemas de salud pública más prevalentes, pues impacta al 15% de la población, supone más de un 3% del gasto sanitario nacional y afecta al 20% de las personas mayores de 60 años que padecen otras patologías crónicas, como diabetes o hipertensión.

Para el paciente, dializarse en casa supone mantener la autonomía y la calidad de vida, pues se ahorran tiempos innecesarios en desplazamientos y esperas. "Además, preserva la función renal residual, condiciona menos infecciones, genera menos visitas a los servicios de Urgencias y menos hospitalizaciones; y, finalmente, durante los 3 ó 4 primeros años, tienen una mejor supervivencia que con la hemodiálisis", asegura el jefe de Nefrología del Hospital de Cabueñes.

Que el paciente pueda realizar el tratamiento en su domicilio supone además una monitorización continua de lo que hace. "Cada día, en las Unidades de Diálisis Peritoneal recibimos información de cómo se ha dializado el paciente, si ha habido algún problema o si todo ha funcionado perfectamente, y, en el caso de que se necesite hacer algún cambio de tratamiento, es posible hacerlo sin que el paciente acuda al hospital", destaca el Dr. Sánchez.

Por su parte, para el sistema sanitario, el beneficio es que la estrategia de diálisis es más coste-eficiente. "Hemos incorporado el término diálisis verde a nuestro vocabulario habitual. En este sentido, la diálisis peritoneal es mucho más sostenible desde el punto de vista medioambiental que la hemodiálisis; el consumo de agua, de electricidad, la huella de carbono y la generación de residuos, es mucho menor", sostiene el especialista.

Diferencias entre comunidades autónomas en el uso de terapias domiciliarias.

La penetración de una técnica como la diálisis domiciliaria depende de tres pilares fundamentales. Por un lado, las autoridades sanitarias deben dotar a los centros sanitarios de recursos, y por otro, los servicios de nefrología deben ofrecer la técnica a sus pacientes y estos deben elegirla una vez estén bien informados. En este contexto, en las diferentes comunidades autónomas existe un uso muy diferenciado de la diálisis domiciliaria, con regiones que alcanzan el 30% de los pacientes incidentes en diálisis frente a otras que apenas llegan al 5%. Por eso, es preciso analizar cuál de los factores anteriormente expuestos contribuye al menor uso.

En este sentido, la Sociedad Española de Nefrología (SEN) impulsa de manera importante la formación tanto de residentes como de adjuntos jóvenes que trabajan en las unidades de diálisis domiciliaria. La SEN trabaja de manera conjunta con las asociaciones de pacientes en visibilizar estas técnicas a nivel de la sociedad y de los elementos decisorios de la administración sanitaria. Asimismo, ha puesto en marcha un sistema de acreditación en calidad de gestión en las consultas de enfermedad renal crónica avanzada denominada ACERCA. "Para conseguir que un servicio esté acreditado, debe haber un minucioso programa de información de las técnicas de diálisis a los pacientes para que estos decidían qué modalidad de diálisis se adapta mejor a su vida. Esto va a suponer que más paciente elijan como opción de tratamiento la diálisis domiciliaria", concluye Emilio Sánchez.