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La falta de sueño incrementa hasta un 75% el riesgo de desarrollar enfermedad arterial periférica

Los problemas relacionados con el sueño se encuentran entre las principales molestias de los pacientes con enfermedad arterial periférica. Optimizar el manejo del dolor podría permitirles mejorar su descanso nocturno.

16/03/2023

Hay evidencia de la asociación entre el sueño nocturno insuficiente y las siestas diurnas y un riesgo elevado de enfermedad de las arterias coronarias que, como la enfermedad arterial periférica (EAP), es causada por arterias obstruidas. Actualmente, más de 200 millones de personas en todo el mundo padecen enfermedad arterial periférica ...

Hay evidencia de la asociación entre el sueño nocturno insuficiente y las siestas diurnas y un riesgo elevado de enfermedad de las arterias coronarias que, como la enfermedad arterial periférica (EAP), es causada por arterias obstruidas.

Actualmente, más de 200 millones de personas en todo el mundo padecen enfermedad arterial periférica (EAP), caracterizada por que las arterias de las piernas se obstruyen, lo que restringe el flujo sanguíneo y aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.

En este contexto, un estudio, recientemente publicado en el ´European Heart Journal´ , de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) alerta de que dormir menos de cinco horas por noche se asocia con un aumento del 74 % en la probabilidad de desarrollar EAP.

"Los problemas relacionados con el sueño se encuentran entre las principales quejas de los pacientes con enfermedad arterial periférica. Sin embargo, hay escasos datos sobre el impacto de los hábitos de sueño en la EAP y viceversa, y nuestro estudio ha pretendido llenar ese vacío", según uno de los autores del estudio, el Dr. Shuai Yuan, del Instituto Karolinska (Suecia).

La evidencia más contundente fue en relación al sueño breve, donde la relación con EAP se observó en ambos sentidos. En un análisis observacional de 53 416 adultos, dormir menos de cinco horas por noche se asoció con un riesgo de casi el doble de EAP en comparación con siete u ocho horas (cociente de riesgos instantáneos [HR] 1,74; intervalo de confianza [IC] del 95 % 1,31–2,31).

Este hallazgo fue respaldado por análisis adicionales en 156.582 y 452.028 personas. En los estudios causales, el sueño breve se asoció con un mayor riesgo de EAP y, además, la EAP se asoció con una mayor probabilidad de sueño breve. "Los resultados indican que el sueño nocturno breve puede aumentar la posibilidad de desarrollar EAP, y que tener dicha patología aumenta el riesgo de dormir lo suficiente", según el Dr. Yuan.

Con respecto al sueño prolongado, en un análisis observacional de 53.416 adultos, dormir ocho horas o más por noche se vinculó con un 24 % más de riesgo de EAP en comparación con siete u ocho horas (HR 1,24; IC del 95 % 1,08–1,43). Este hallazgo fue respaldado por análisis en dos poblaciones más grandes de 156 582 y 452 028 individuos. Sin embargo, no se encontraron relaciones causales entre el sueño prolongado y la EAP. Se informaron resultados similares para las siestas, donde las siestas diurnas tenían un 32 % más de riesgo de EAP en comparación con quienes no dormían la siesta (HR 1,32; IC del 95 %: 1,18–1,49), pero no se encontraron vínculos causales.

En definitiva, los cambios en el estilo de vida que ayudan a las personas a dormir más, como la actividad física, pueden reducir el riesgo de desarrollar EAP. Para los pacientes con dicha patología, optimizar el manejo del dolor podría permitirles mejorar la calidad del sueño.

"Aunque encontramos asociaciones en los estudios observacionales, no pudimos confirmar la causalidad, por lo que se necesitan más estudios sobre las relaciones entre el sueño nocturno prolongado, las siestas diurnas y la EAP", concluyó el Dr. Yuan.

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