Un trasplante de médula ósea puede llegar a salvar la vida de las personas con cánceres de la sangre en recaída, pero una complicación potencialmente letal conocida como enfermedad de injerto contra huésped (EICH) limita este procedimiento. Si bien las células del donante pueden ayudar a curar el cáncer de ...
Un trasplante de médula ósea puede llegar a salvar la vida de las personas con cánceres de la sangre en recaída, pero una complicación potencialmente letal conocida como enfermedad de injerto contra huésped (EICH) limita este procedimiento. Si bien las células del donante pueden ayudar a curar el cáncer de la sangre del paciente, también pueden causar EICH, en la que las células T del donante atacan las células sanas del paciente. Esto provoca complicaciones similares a una enfermedad autoinmune que puede ser peligrosa.
"La enfermedad de injerto contra huésped es una de las complicaciones más comunes después de un procedimiento de trasplante alogénico de células hematopoyéticas, teniendo en cuenta que las células T del donante son las que median la enfermedad", según Nicholas Hess, científico del Carbone Cancer Center de UW–Madison, que ha participado en una nueva investigación de la Universidad de Wisconsin–Madison (EEUU) para identificar la población celular que causa la EICH. "Antes de este estudio, no había una población finita de células T que pudiéramos identificar como la causa de la EICH".
Hess y sus colaboradores publicaron sus hallazgos en ´Science Advances´ donde explican la identificación de células denominadas CD4/CD8 células T doble positivas (DPT) que causan la EICH. en ratones inmunodeficientes. Para confirmar aún más sus hallazgos, los autores de este estudio investigaron directamente muestras de pacientes humanos.
"Observamos más de 400 muestras clínicas de 35 pacientes como parte de este estudio y encontramos que las células T positivas dobles son predictivas de EICH. También encontramos otros cuatro biomarcadores que predicen no solo la EICH, sino también la recaída en general", explicó Hess. "En base a eso, nuestro siguiente paso es fusionar los biomarcadores en un algoritmo de aprendizaje automático que pueda generar un modelo de predicción de riesgos. Los médicos podrían usar este modelo para comprender el riesgo de recaída y EICH de un paciente".
Al parecer, dichos investigadores tienen constancia de que se han encontrado DPT en una variedad de enfermedades inflamatorias humanas crónicas, lo que demuestra que no es algo específico de la enfermedad de injerto contra huésped. "Probablemente, es un fenómeno más amplio lo que estas células T humanas están ocasionando y que anteriormente no habíamos apreciado realmente", indica el científico Hess.
"Cuando podamos ganar confianza en esta investigación de biomarcadores y en nuestra capacidad para identificar a los pacientes en riesgo, podremos tratarlos antes de que sufran todos los efectos perjudiciales de esta enfermedad", concluyó este experto.