Durante décadas, estudios en modelos animales y células han relacionado la existencia de telómeros extremadamente cortos con inestabilidad de los cromosomas, las estructuras en forma de X que albergan los genes. Dicha inestabilidad está considerada una característica común de las células cancerosas. Los telómeros se acortan de forma natural con la ...
Durante décadas, estudios en modelos animales y células han relacionado la existencia de telómeros extremadamente cortos con inestabilidad de los cromosomas, las estructuras en forma de X que albergan los genes. Dicha inestabilidad está considerada una característica común de las células cancerosas.
Los telómeros se acortan de forma natural con la edad. Las personas cuyos telómeros están muy truncados -por debajo del percentil 10- presentan algunos rasgos de envejecimiento prematuro. Por ejemplo, su pelo se vuelve gris a una edad temprana y desarrollan fibrosis pulmonar, o cicatrización de los pulmones, antes que la mayoría de las personas. Aunque los síndromes de telómeros cortos son relativamente raros, se calcula que alrededor del 50% de las personas con el tipo más común de fibrosis pulmonar tienen telómeros cortos.
En este contexto, acaba de hacerse público un estudio desarrollado durante los últimos 20 años por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EEUU).
Vinculo entre telómeros y sistema inmunitario
El nuevo estudio, que va a ser publicado en la revista ´Cancer Cell´, sugiere que la inestabilidad cromosómica puede no ser la causa de que las personas con síndromes de telómeros cortos sean propensas a un riesgo ante ciertos tipos de cánceres sólidos. Más bien, los investigadores creen que la predisposición al cáncer en estos pacientes puede estar relacionada con las células del sistema inmunitario que envejecen y mueren o desaparecen prematuramente.
"Este estudio refuerza la importancia que adquiere el sistema inmunitario para vigilar nuestras células en busca de cáncer a medida que envejecemos", afirma la Dra. Mary Armanios, catedrática de Oncología y directora del Centro de Telómeros del Centro Oncológico Johns Hopkins Kimmel, y catedrática de Medicina Genética, Biología Molecular y Genética, y Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Para el nuevo estudio, Armanios y la oncóloga pediátrica Kristen Schratz siguieron la pista de unas 226 personas con síndromes de telómeros cortos atendidas y diagnosticadas en el Hospital Johns Hopkins y otros hospitales de EE.UU. entre 2003 y 2022. Más de la mitad de los participantes eran varones, y su edad media era de 50 años al final del estudio.
A lo largo de las dos décadas, 35 personas (15%) del grupo desarrollaron cáncer, casi todos identificados en la edad adulta. Veintiuna padecían cánceres de la sangre, ya fuera síndrome mielodisplásico o leucemia mieloide aguda, ambos asociados desde hace tiempo a síndromes de telómeros cortos.
De los 35, 14 desarrollaron 16 tumores sólidos, y 14 de ellos eran cánceres escamosos, incluidos los de boca, ano y piel, que también pueden desarrollarse en personas cuyo sistema inmunitario está suprimido. La mitad de estos cánceres se diagnosticaron precozmente y se extirparon mediante cirugía.
"El número de cánceres fue inferior al que cabría esperar si los telómeros cortos alimentaran la inestabilidad del genoma, y no son los tipos de cáncer que cabría esperar en personas con síndromes que imitan el envejecimiento prematuro", afirma Armanios.
Además, la mayoría de los pacientes que desarrollaron tumores sólidos (13 de 14) eran varones, y merece la pena seguir estudiando las razones moleculares por las que los varones con telómeros cortos tienden a desarrollar estos tumores, dice Armanios.
Durante el periodo de 20 años, las estadísticas de población sugieren que las 226 personas del estudio deberían haber padecido unos 19 casos de los cánceres letales más comunes, asociados sobre todo al envejecimiento, como los de pulmón, colon, páncreas, riñón, vejiga y útero.
Los investigadores secuenciaron el genoma completo de ocho de los cánceres escamosos en busca de inestabilidad cromosómica, y descubrieron que ninguna parte de los cromosomas se había fusionado o intercambiado con otros cromosomas, que son las principales características de la inestabilidad cromosómica. "De hecho, estos cánceres parecen tener menos inestabilidad cromosómica que los cánceres escamosos comparables que surgen en personas sin síndromes de telómeros cortos", afirma Armanios.
Al examinar más detenidamente el sistema inmunitario de los 14 pacientes con cáncer escamoso, 12 presentaban niveles de células T inferiores en varias desviaciones estándar a la media de la población.
En una serie de experimentos relacionados con un grupo de ratones modificados genéticamente para que tuvieran telómeros cortos, los investigadores hallaron cantidades bajas de células inmunitarias que combatían el cáncer, similares a los niveles de las personas con telómeros cortos. Los ratones con telómeros cortos no fueron capaces de combatir a largo plazo los cánceres implantados ni de reclutar eficazmente células T en el lugar del tumor.
"Nuestros datos sugieren que las personas con telómeros cortos no tienen por qué tener una mayor incidencia de cáncer, por que los telómeros cortos pueden no desestabilizar los genomas de las personas, aunque, en casos raros, podrían afectar a la capacidad de las células T, a largo plazo, para expandirse y mantener su memoria a la hora de luchar contra el cáncer", añadió dicha experta.
Según los autores de este trabajo, "los hallazgos obtenidos podrían ayudar a los médicos a enfocar la detección del cáncer en personas de alto riesgo y con telómeros cortos, y evitar exponerlos a un exceso de medicamentos inmunosupresores que se sabe que aumentan el riesgo de infección".