A nivel mundial, una de las causas inmediatas de muerte más frecuente entre los recién nacidos está asociada al parto prematuro. En este sentido, cuanto más temprano sea el parto mayor será el riesgo. Actualmente, se considera "parto prematuro" al que se produce antes de la semana 37 de embarazo. ...
A nivel mundial, una de las causas inmediatas de muerte más frecuente entre los recién nacidos está asociada al parto prematuro. En este sentido, cuanto más temprano sea el parto mayor será el riesgo. Actualmente, se considera "parto prematuro" al que se produce antes de la semana 37 de embarazo. La mayoría de los nacimientos tienen lugar en la semana 39 o 40 de gestación.
El proceso que precede al nacimiento humano es, por lo tanto, extremadamente crítico, y para comprender las circunstancias que rodean a los procesos que inducen al trabajo de parto, se requieren estudios específicos como el llevado a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), dirigido por Bo Jacobsson, profesor de obstetricia y ginecología en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y médico consultor senior en el Hospital Universitario Sahlgrenska.
Los resultados, publicados en la revista ´Nature Genetics´, mejoran el potencial para el desarrollo a largo plazo de tratamientos para inducir el parto y lograr el objetivo de prevenir nacimientos prematuros.
"Los resultados nos han brindado más rutas para comprender cómo se inicia el trabajo de parto, tanto a término como prematuro. En las muestras, pudimos identificar numerosas variantes genéticas no descubiertas previamente asociadas con el momento del parto que brindan información inigualable sobre los mecanismos biológicos subyacentes", señala el pr Jacobsson.
Acuerdo genético materno-fetal
"Lo que hemos percibido es que podría haber un conflicto entre los genomas de la mujer y el feto, respectivamente, en lo que respecta a la duración del embarazo. Genéticamente, los genes de la mujer favorecen el inicio más temprano del trabajo de parto para expulsar al niño, para su propia supervivencia, mientras que los del feto favorecen la prolongación del embarazo para ganar peso. Entonces, llegan a una especie de acuerdo genético materno-fetal", explicó el primer autor del estudio, Pol Solé Navais, investigador de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo.
Para comprender si la duración de la gestación está determinada por los genes de la mujer o del feto, fueron examinados 136.833 casos. Estos implicaban la combinación de ambos padres y su descendencia o la mujer y su descendencia, lo que permitía distinguir con mayor precisión los efectos del genoma de la mujer y del niño, respectivamente.
Según los investigadores, los resultados de su trabajo muestran que los estudios sobre genética humana son una buena manera de encontrar objetivos posibles terapias farmacológicas que puedan prevenir el parto prematuro y mitigar o potenciar las contracciones durante el alumbramiento.