Los científicos han demostrado por primera vez que, a nivel mundial, la asociación entre el consumo de antibióticos y la resistencia a los antimicrobianos (RAM) entre humanos y animales va en ambas direcciones. Los resultados, publicados en ´The Lancet Planetary Health´, revelan que el uso de antibióticos en animales está ...
Los científicos han demostrado por primera vez que, a nivel mundial, la asociación entre el consumo de antibióticos y la resistencia a los antimicrobianos (RAM) entre humanos y animales va en ambas direcciones. Los resultados, publicados en ´The Lancet Planetary Health´, revelan que el uso de antibióticos en animales está asociado a la RAM en humanos y el uso de antibióticos en humanos está asociado a la RAM en animales.
El estudio subraya la urgente necesidad de una estrategia integrada e intersectorial para hacer frente a la propagación de la RAM, centrada en el desarrollo social, la reducción de la pobreza y la aplicación de normas más estrictas sobre el uso de antibióticos.
Kasim Allel, autor principal e investigador asociado de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), en Reino Unido, recuerda que "la RAM es un ´problema perverso´, ya que existen prioridades contrapuestas entre una intrincada red de partes interesadas".
Según apunta, "para mejorar la salud del planeta, los responsables de la toma de decisiones y los gobiernos locales deberían adoptar un planteamiento sólido e interdisciplinario para la vigilancia y el control de la RAM, que no se limite a una perspectiva centrada en el ser humano".
La RAM es una gran amenaza para la salud mundial, ya que las bacterias resistentes serán responsables de 1,27 millones de muertes en 2019. El uso incorrecto de antibióticos (que incluye antibióticos, antivirales y antifúngicos) es un impulsor clave de su propagación. El aumento de la demanda de alimentos y productos de origen animal, así como factores socioeconómicos y medioambientales intrincados e interrelacionados, también influyen en gran medida.
En este estudio, un equipo internacional de investigadores, entre ellos de la LSHTM, investigó los vínculos entre el consumo mundial de antibióticos y las tasas de RAM en seres humanos y animales destinados a la producción de alimentos en 2018. Los autores también tuvieron en cuenta la influencia de factores de riesgo socioeconómicos, sanitarios y medioambientales.
Como se predijo, en general, un mayor consumo de antibióticos en los animales se asocia con una mayor tasa de RAM en los animales productores de alimentos, y las mayores tasas de consumo humano de antibióticos aumentan el riesgo de RAM en los seres humanos.
Sin embargo, el trabajo también reveló de forma única una relación bidireccional global entre humanos y animales. En concreto, un mayor consumo de antibióticos por parte de los animales se asocia con un mayor riesgo de RAM en patógenos humanos (definidos como de prioridad crítica por la Organización Mundial de la Salud), mientras que un mayor consumo humano de antibióticos aumenta el riesgo de RAM en los animales.
A pesar de registrar niveles bajos de consumo de antibióticos, los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en Asia (como Bangladesh, China e India), tenían las tasas más altas de RAM en animales productores de alimentos, lo que sugiere que el consumo de antibióticos puede ser un factor de riesgo secundario para la propagación de la RAM en ciertas zonas del mundo.
Los factores socioeconómicos, como la desigualdad de ingresos o las tasas de mortalidad por prácticas higiénicas inseguras o problemas cardiacos, también aumentaron las tasas de RAM en humanos.
En consonancia con investigaciones anteriores, estos resultados ponen de relieve que los factores que suelen reflejar un estatus socioeconómico más bajo se asocian a una mayor probabilidad de RAM en humanos. Los autores afirman que esto subraya aún más la importancia de una gobernanza sólida y de la lucha contra la corrupción en un contexto de "salud única", que hace hincapié en la interdependencia entre los animales, los seres humanos y el medio ambiente.
El equipo concluye que reducir el consumo de antibióticos por sí solo no bastará para luchar contra la propagación mundial de la RAM. En su lugar, afirman que serán necesarios métodos de control integrados centrados en la reducción de la pobreza y el apoyo al desarrollo social para evitar la transmisión de resistencias entre humanos y animales.
También insisten en la importancia de reforzar la vigilancia, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, y de garantizar que la vigilancia de la RAM en el ganado, en particular, refleje la vigilancia en los seres humanos.
Laith Yakob, autor principal y codirector del Programa Docente de la Facultad de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la LSHTM, explica que "esta bidireccionalidad en el consumo de antibióticos y la resistencia entre los seres humanos y el ganado descubierta por nuestro análisis ofrece nuevas oportunidades para mitigar la resistencia. Por ejemplo, pone de relieve la posibilidad de intervenir en componentes únicos de la salud, pero con repercusiones en todo el sistema", añade.
Y apunta que "diseñar intervenciones en torno a esta imagen holística de la resistencia será esencial para hacer frente a lo que se ha convertido rápidamente en una de las mayores amenazas para la salud mundial".
"De cara al futuro, recomendamos políticas y normativas nacionales más estrictas sobre el uso y la prescripción de antibióticos en animales y seres humanos, así como una mejora de la gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas, especialmente entre los países con mayor carga de morbilidad", concluye.