Cuando las mujeres embarazadas cantan al bebé o escuchan música con altavoces cada día durante la gestación, los bebés nacen con una mejor capacidad para la codificación neuronal de los sonidos del lenguaje. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio dirigido por el catedrático Carles Escera, jefe ...
Cuando las mujeres embarazadas cantan al bebé o escuchan música con altavoces cada día durante la gestación, los bebés nacen con una mejor capacidad para la codificación neuronal de los sonidos del lenguaje. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio dirigido por el catedrático Carles Escera, jefe del Brainlab-Grupo de Investigación en Neurociencia Cognitiva de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD).
Los resultados del artículo, publicado en la revista Developmental Science, aportan nuevas perspectivas sobre los efectos de la exposición prenatal a la música sobre los estímulos del habla a partir de una respuesta cerebral específica: la respuesta del seguimiento de frecuencia neonatal (RSF o frequency-following response, FFR, en inglés), un potencial evocado auditivo neurofónico que informa de la codificación neuronal adecuada de los sonidos del habla.
Según las conclusiones, la exposición musical diaria durante las últimas semanas del embarazo se asocia con una codificación mejorada de componentes de sonido de baja frecuencia, hecho que podría mejorar la percepción del tono por parte del recién nacido.
El trabajo se ha llevado a cabo en colaboración con la experta Maria Dolores Gómez-Roig, jefa de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant Joan de Déu e investigadora del Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD). En el trabajo también ha participado la investigadora Teresa Ribas-Prats (UB-UBNeuro-IRSJD), que ya había trabajado con esta técnica en un trabajo exploratorio previo en 2019.
Registro RSF y estímulos del habla
La respuesta de seguimiento de frecuencia (RSF) está condicionada por una variedad de deficiencias del habla y el lenguaje, y se ha demostrado afectada también por el ambiente fetal y el entorno acústico prenatal. Por ello, los investigadores del estudio proponen que esta medida podría utilizarse como biomarcador para detectar el riesgo de alteraciones del lenguaje y establecer medidas preventivas en etapas iniciales de la vida. En este sentido, el equipo de investigación ha recibido recientemente diversas ayudas competitivas de transferencia de conocimiento para validar esta idea, en concreto en el marco de la convocatoria de Pruebas de Concepto del Ministerio de Ciencia e Innovación, además de las correspondientes a la iniciativa Llavor de la AGAUR y la Prueba de Concepto de la convocatoria Fondo para el Impulso de la Innovación (F2I), gestionados a través de la Fundación Bosch i Gimpera (FBG-UB).
El trabajo se basa en la comparación de registros de la RSF en 60 recién nacidos sanos (de entre 12 y 72 horas), entre los cuales había 29 que se expusieron diariamente a la música durante el periodo prenatal y otros 31 sin la exposición musical. En concreto, se analizó el registro por encefalograma de los bebés a dos estímulos de habla diferentes: el estímulo /da/ —el más utilizado en la investigación con FFR y recién nacido—, y el /oa/, que permite analizar la codificación de frecuencias a las que el recién nacido ha sido expuesto en el útero materno.
Plasticidad neuronal y audición en bebés
El estudio revela que la exposición diaria a la música durante el último trimestre del embarazo está relacionada con una codificación más robusta de los estímulos del habla.
La exposición prenatal a la música se asocia con una codificación afinada de la frecuencia fundamental del habla humana, que puede facilitar el procesamiento y la adquisición temprana del lenguaje. "El estímulo musical llega al sistema auditivo con componentes rítmicos de baja frecuencia que lo entrenan para organizar la plasticidad neural", indicia la doctoranda Sonia Arenillas-Alcón, primera autora del artículo y miembro del Brainlab-Grupo de Investigación en Neurociencia Cognitiva.
El trabajo también constata que la exposición a la música durante el embarazo no tiene ningún efecto en la velocidad de transmisión neuronal, en contraste con la velocidad de procesamiento más rápida de los estímulos auditivos y del habla identificada en adultos con formación musical, que es el resultado de la mielinización de las estructuras neuronales subyacentes.
"Este es solo el primer paso hacia una aplicación clínica específica después de los estudios de seguimiento necesarios", afirma el catedrático Carles Escera. "Por eso, aquellos niños que presenten una respuesta cerebral atenuada, por ejemplo, los bebés nacidos con infrapeso normativo, podrían beneficiarse de un programa de intervención musical".