Un equipo internacional dirigido por investigadores del Baylor College of Medicine de Houston (EEUU) con el Consorcio de Comunicación de ARN Extracelular de los Institutos Nacionales de la Salud y el laboratorio Bogdan ...
Un equipo internacional dirigido por investigadores del Baylor College of Medicine de Houston (EEUU) con el Consorcio de Comunicación de ARN Extracelular de los Institutos Nacionales de la Salud y el laboratorio Bogdan Mateescu de la ETH de Zúrich y la Universidad de Zúrich (Suiza) ha desarrollado un novedoso recurso para estudiar el ARN extracelular (ARNex), una desconocida forma, hasta ahora, de comunicación entre células.
El estudio, publicado en la revista ´Cell Genomics´, sienta las bases para examinar cómo funciona el ARNex y las proteínas que lo transportan, presentes en los fluidos corporales, tanto en un entorno sano como enfermo, lo que podría proporcionar un medio para aplicar con precisión la detección precoz y el seguimiento de los procesos patológicos.
"El ácido ribonucleico o ARN es un tipo de material genético presente en todas las células vivas. Se sabe que actúa sobre todo como mensajero que transporta instrucciones codificadas en el ADN para la síntesis de proteínas", explicó el Dr. Aleksandar Milosavljevic, coautor del estudio, profesor y titular de la Cátedra Henry y Emma Meyer de Genética Molecular de Baylor.
El laboratorio de Milosavljevic alberga el Atlas de exARN, el repositorio de recursos y gestión de datos del Consorcio de Comunicación de ARN Extracelular, un proyecto del Fondo Común de los NIH que explora la biología de los exARN.
Comunicación entre células
En los últimos años, la investigación ha demostrado que el ARN no sólo existe en el interior de las células, sino que también se exporta desde ellas como ARN extracelular y desempeña un papel en la comunicación entre células.
"Los ARNex existen en los fluidos corporales fuera de las células, donde pueden asociarse con diversos transportadores, como las proteínas de unión a ARN (RBP), pero se desconoce en gran medida la carga y distribución de las RBP en los biofluidos", señaló, por su parte, Robert Fullem, coautor del estudio y estudiante de posgrado en el laboratorio de Milosavljevic. "Nuestro objetivo en este estudio era llenar ese vacío. Esta importante laguna en el conocimiento limitaba nuestra comprensión del papel de las RBP como portadoras de exARN en los fluidos corporales humanos".
Los investigadores aplicaron análisis computacionales para identificar exRBPs en plasma, suero, saliva, orina y líquido cefalorraquídeo. Las predicciones computacionales se validaron experimentalmente en torno al 80% tanto en plasma como en cultivos celulares en el laboratorio, lo que sugiere una alta especificidad del método computacional.
"Con esta información, hemos desarrollado un mapa de exRBP candidatas y su carga de exARN en fluidos corporales que amplía el panorama de biomarcadores potenciales que ahora pueden estudiarse en biopsias líquidas y utilizarse para rastrear procesos normales y patológicos", añadió el Dr. Milosavljevic.
Este mapa, disponibe sin coste para la comunidad científica, permite abrir un nuevo camino hacia la comprensión de la biología del exARN y proporcionan nuevas oportunidades para el desarrollo de biomarcadores de biopsia líquida de exRBP/exARN.