En su última convocatoria abierta, la cita IDIálogoS, ¿y ahora qué?, que organiza la Fundación Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS), el debate se centró en el cuidado de la salud mental. Una nueva materia de estudio puesta a prueba por la pandemia de Covid-19, ...
En su última convocatoria abierta, la cita IDIálogoS, ¿y ahora qué?, que organiza la Fundación Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS), el debate se centró en el cuidado de la salud mental. Una nueva materia de estudio puesta a prueba por la pandemia de Covid-19, en la que ya son dramáticas las carencias y desconexiones de los servicios públicos que el sector privado procura aliviar.
Dr Juan Abarca
En sus palabras de bienvenida, el doctor Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS, denunció la falta de adaptación del sistema asistencial a la evolución sociodemográfica del país, con vigencia de un marco legislativo nacido en tiempos en los que ni la cronicidad ni el envejecimiento poblacional eran una prioridad porque apenas existían.
Ante el surgimiento de problemas mentales debidos a fenómenos más recientes como la soledad o la inquietud que genera la vida actual, el presidente no requirió únicamente un plan específico, sino también una reorganización de todos los dispositivos de salud mental con una adecuada dotación presupuestaria que no descuide ni a las personas con enfermedad mental ni a los ancianos.
Cifró Abarca en porcentajes del 20 por ciento las tasas actuales de depresión y ansiedad, con mayor incidencia en la población de menor edad especialmente en los últimos años.
Por lo que requirió saber hasta dónde quiere la población que lleguen las coberturas y sin que nadie se sienta excluido, por ejemplo, por haber superado los 65 años de edad.
Marta Villanueva
Moderó el debate Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, desde la premisa de que una mejor sanidad debe poner el foco en la prevención y en la salud mental tras los tiempos convulsos y perturbadores que se acaban de vivir. Episodios comunes a todos y marcados por el miedo, la inquietud y el desconcierto. A lo que opuso la necesidad de sensibilizar a la población.
Además de presentar a los protagonistas del día, la directiva recordó que el 18% de la gente está en riesgo de ver resentida su salud mental, desde un 32% entendido como tasa de empeoramiento respecto a los niveles previos a la pandemia.
Dio además datos del peso del sector privado en la atención de personas con trastorno, además de defender la reingeniería de procesos y esperar objetivos concretos de la estrategia nacional de salud mental.
Dr Celso Arango
El doctor Celso Arango, director del Instituto de Salud Mental y Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, razonó que un año de espera en psiquiatría para un niño o adolescente era algo que se asumía con normalidad, pero que ya no resulta aceptable tras la pandemia. Precisamente porque esta ha traído también mayor carga de afectación para la población joven.
Recordó en ese sentido que se mantienen necesidades como más camas de media estancia, recursos de cuidados intermedios y hospitales de día entre otros recursos, a pesar de que se hayan incrementado en alguna medida.
También consideró que subsiste el estigma del mal mental, aunque en contraposición afloran personas de éxito que ayudan con su ejemplo a normalizar la patología mental.
Más allá de distinguir entre los disgustos de la vivir y las enfermedades propiamente dichas, puso el acento en que la enfermedad mental se cruza en la vida de uno de cada cinco europeos y en que muchas ocasiones se hace crónica, casi siempre después de haber debutado en edades tempranas.
Para Arango, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cierra el debate al afirmar que enfermedad mental es toda alteración importante de la funcionalidad de la personas en sus ámbitos social, familiar y laboral.
De la estrategia establecida para el periodo 2022-2026, encontró exiguos los 100 millones de euros programados. Al tener presente que los 11 psiquiatras que hay de media en España, por cada 100.000 habitantes, quedan aún bastante lejos de los 14 que ofrece la media europea.
Celebró, por otro lado, la confirmación de la especialidad para psiquiatría infantil y del adolescente. Mientras que, en términos epidemiológicos, detectó mayor incidencia de conductas autolíticas y trastornos de la alimentación en la población femenina.
Dra María Tajes
Seguidamente, la doctora María Tajes, jefa del servicio de salud mental del Servicio Gallego de Salud (SERGAS), aseveró que una estrategia estatal de salud mental que se precie, debe centrarse de manera muy especial en prevenir el suicidio, sus tentativas y los registros de enfermedad mental grave, mediante un sistema de indicadores.
Para Tajes optar a estándares deseables como la media europea de profesionales es condición necesaria pero no suficiente. Así como se bebe conocer el suicidio más allá de la tasa de mortalidad.
En su opinión, faltaba un marco bien definido como el programado para el año 2026, dado que la estrategia anterior se vio truncada por la pandemia.
Vio razonable una diferenciación presupuestaria entre el Ministerio de Sanidad y las consejerías responsables del área de salud mental. Con ejemplos de coordinación como el teléfono 024 para la prevención del suicidio y una humanización que quiere lograr un umbral cero de contenciones.
Entre otras taras a completar, señaló la supresión de duplicidades entre las redes de salud mental y de adicciones.
Dr Josep Pifarré
Finalmente, el director asistencial corporativo de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios (OHSJD), doctor Josep Pifarré, celebró que la salud mental haya "salido del armario", aunque las puntas de iceberg sean tan visibles en los hospitales con porcentaje creciente en la población infantojuvenil.
Para Pifarré la psiquiatría es como la dermatología. Dado que mucha exposición al sol o al estrés, puede llevar a melanoma o a enfermedad mental grave, respectivamente.
Pifarré, como ya hiciera Villanueva minutos antes, también destacó la importancia del sector privado en la asistencia al paciente con trastorno mental en el país.