Un nuevo estudio revela que la sintomatología neuropsiquiátrica asociada al lupus eritematoso sistémico (SN-LES) puede ser reducida por la terapia intratecal con metotrexato o dexametasona. En el examen de casi 200 pacientes hospitalizados, los investigadores hallaron que entre una y tres inyecciones de estos fármacos se asocian a una probabilidad ...
Un nuevo estudio revela que la sintomatología neuropsiquiátrica asociada al lupus eritematoso sistémico (SN-LES) puede ser reducida por la terapia intratecal con metotrexato o dexametasona. En el examen de casi 200 pacientes hospitalizados, los investigadores hallaron que entre una y tres inyecciones de estos fármacos se asocian a una probabilidad más de 4 veces mayor de recuperación favorable, ya fuera ésta parcial o total, con menor beneficio en los pacientes con desórdenes convulsivos. Antes del inicio del tratamiento los pacientes mostraron mayor presión intracraneal y mayores niveles de proteína total en el líquido cefalorraquídeo (LCR), parámetros que fueron reducidos por la terapia intratecal con mayor eficacia que el tratamiento control. En el periodo de seguimiento, con una mediana de más de 2 años, los científicos constataron una reducción de la frecuencia de hospitalización por relapso de la SN-LES. Los investigadores también identificaron los subgrupos de pacientes que más beneficio obtienen de esta terapia, la cual fue particularmente efectiva en los que presentaron niveles elevados de proteína en el LCR. En marcado contraste, el beneficio fue estadísticamente insignificante en los pacientes con niveles normales de proteína en ese compartimento.
Wen Zhang, investigador de la Academia China de Ciencias Médicas y co-director del estudio, afirma que los efectos adversos de la terapia intratecal consistieron en reducciones de la presión intracraneal, con la consiguiente cefalea, así como en pérdida de sensibilidad transitoria en algunos miembros, con recuperación a las pocas horas. Zhang prosigue indicando que la SN-LES es una de las complicaciones más severas del lupus, constituyendo el segundo mayor riesgo de mortalidad, por detrás de la nefritis. Aunque la incidencia de desenlaces fatales se ha visto reducida por el progreso en el diagnóstico, este subgrupo de pacientes tiende a ser excluido de los ensayos clínicos, lo que limita su acceso a potenciales terapias, concluye el investigador.