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La cardiología regenerativa sigue su avance con un nuevo tipo de células progenitoras

Su aplicación en un modelo de infarto induce la remuscularización del corazón, mejorando múltiples parámetros funcionales y sin efectos adversos.

21/06/2023

Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han establecido que las células progenitoras cardíacas (CPCs), derivadas de células madre pluripotentes humanas, ofrecen potencial para regenerar el corazón dañado por la isquemia. En un modelo porcino, el implante de CPCs tras el infarto resultó en una reducción del tamaño de éste, ...

Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han establecido que las células progenitoras cardíacas (CPCs), derivadas de células madre pluripotentes humanas, ofrecen potencial para regenerar el corazón dañado por la isquemia. En un modelo porcino, el implante de CPCs tras el infarto resultó en una reducción del tamaño de éste, así como en mejoras tanto en la estructura del órgano como en la fracción de eyección ventricular izquierda a las 12 semanas. Aunque algunos animales experimentaron taquiarritmia ventricular, el resto exhibió un ritmo sinusoide normal y todos sobrevivieron. Notablemente, ninguno desarrolló teratomas o crecimiento incontrolado del implante.

Lynn Yap, co-directora del estudio, afirma que la terapia celular ha sido considerada desde hace más de dos décadas un potencial enfoque para tratar las patologías isquémicas del corazón. Aunque las estrategias basadas en el trasplante de cardiomiocitos inmaduros han demostrado que estas células se insertan correctamente en el tejido, su uso se asocia a taquiarritmias originadas por el implante y que frecuentemente son fatales, lo que excluye su uso en humanos. Por otro lado, prosigue la investigadora, los estudios que han utilizado cardiomiocitos ventriculares, células que presentan menor riesgo, han sido realizados en animales pequeños, en los que es difícil monitorizar la incidencia de taquiarritmias. En contraste, las CPCs ofrecen un mayor potencial clínico, como se desprende de los resultados de un ensayo de fase I, en el que estas células mostraron ser seguras en pacientes con insuficiencia cardíaca severa. La similitud entre el corazón porcino y el humano supone una ventaja en la predicción de la posible eficacia clínica de las CPCs, concluyen los científicos.

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