Las partículas de aerosol, exhaladas cuando las personas infectadas respiran, hablan o tosen, pueden transmitir virus, pero ¿cómo y por qué los virus pierden la infectividad una vez que circulan? A esta cuestión han intentado dar respuesta científicos de la Universidad de Bristol (Reino Unido) que han logrado obtener información ...
Las partículas de aerosol, exhaladas cuando las personas infectadas respiran, hablan o tosen, pueden transmitir virus, pero ¿cómo y por qué los virus pierden la infectividad una vez que circulan? A esta cuestión han intentado dar respuesta científicos de la Universidad de Bristol (Reino Unido) que han logrado obtener información crítica sobre cuándo los virus en el aire pierden su infectividad.
Los hallazgos de su trabajo, ´publicados en el Journal of the Royal Society´ confirman que abrir una ventana y dejar que el aire más limpio penetre en los interiores puede ser más importante de lo que se pensaba originalmente, ya que el aire fresco con menos dióxido de carbono reduce el contenido de ácido en la atmósfera, lo cual va a provocar que los virus mueran mucho más rápido. Así lo constatan
"Nuestros resultados indican que el alto pH del aerosol exhalado provoca la pérdida de la infectividad viral. Por lo tanto, cualquier gas que afecte el pH del aerosol puede desempeñar un papel en el tiempo que el virus permanece infeccioso en el aire. Por ejemplo, la lejía desprende vapor ácido que puede aumentar la estabilidad del SARS-CoV-2 en la fase de aerosol. Por el contrario, el amoníaco que emite vapor alcalino puede tener el efecto contrario", explicó el Dr. Allen Haddrell, autor principal del estudio e investigador asociado sénior en la Facultad de Química de Bristol.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo utilizó un instrumento de tecnología de bioaerosoles de próxima generación que les permitió probar la supervivencia de diferentes SARS-CoV -2 variantes en laboratorio generaron partículas en el aire que imitan el aerosol exhalado. Examinaron cómo los factores ambientales, como la temperatura y la humedad, la composición de las partículas y la presencia de vapores ácidos como el ácido nítrico alteran la infectividad del virus durante un período de 40 minutos.
Mitigación de virus
Mediante la manipulación del contenido gaseoso del aire, el equipo confirmó que la aeroestabilidad del virus está controlada por el pH alcalino de las gotas de aerosol que contienen el virus. Es importante destacar que describen cómo cada una de las variantes del SARS-CoV-2 tiene diferentes estabilidades en el aire, y que esta estabilidad se correlaciona con sus sensibilidades a las condiciones de pH alcalino.
El alto pH de las gotas del virus SARS-CoV-2 exhaladas es probablemente un factor importante de la pérdida de infecciosidad, por lo que cuanto menos ácido haya en el aire, más alcalina la gota, más rápido muere el virus. Abrir una ventana puede ser más importante de lo que se pensó originalmente, ya que el aire fresco con menos dióxido de carbono reduce el contenido de ácido en la atmósfera y significa que el virus muere mucho más rápido.
Los resultados de esta investigación podrían contribuir a futuras estrategias de mitigación para nuevos virus, al ampliar la comprensión de cómo los factores ambientales afectan la estabilidad del SARS-CoV-2 y otros virus en el aire. "Ello nos ayudará a diseñar mejores estrategias de seguridad y mitigación para reducir la transmisión de enfermedades. Ahora tenemos la intención de explorar más el papel del pH mediante el estudio el papel que tiene el dióxido de carbono en el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2", concluyó el Dr. Haddrell.