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Dos microARNs predicen la discapacidad en la esclerosis múltiple con una década de antelación

La estratificación de riesgo en función de estos biomarcadores podría acelerar las decisiones clínicas dirigidas a reducir la progresión de la enfermedad.

05/07/2023

Investigadoras del Brigham and Women´s Hospital de Boston han establecido el valor pronóstico a largo plazo de los microARNs circulantes miR-320b y miR-25-3p en los primeros 3 años de la aparición de los síntomas de esclerosis múltiple (EM). En 144 pacientes con la forma remitente-recidivante de la enfermedad, niveles altos ...

Investigadoras del Brigham and Women´s Hospital de Boston han establecido el valor pronóstico a largo plazo de los microARNs circulantes miR-320b y miR-25-3p en los primeros 3 años de la aparición de los síntomas de esclerosis múltiple (EM). En 144 pacientes con la forma remitente-recidivante de la enfermedad, niveles altos de miR-320b y bajos de miR-25-3p se asociaron a EM benigna, definida por un valor igual o inferior a 2 en la escala de discapacidad EDSS a los 10 años. En contraste, concentraciones elevadas de miR-320b fueron predictivas de desarrollar EM secundaria progresiva, mostrando estas elevaciones una correlación positiva con la fracción de parénquima cerebral, una medida del grado de atrofia en este órgano.

Tanuja Chitnis, directora del estudio, afirma que los microARNs son secuencias de ribonucleótidos de cadena única, que aunque no codifican ninguna proteína, regulan la expresión génica a nivel post-transcripcional, uniéndose a ARNs mensajeros. Estudios previos del mismo laboratorio ya habían determinado que los dos micrARNs ahora analizados forman parte de un pequeño conjunto de biomarcadores con valor en el diagnóstico diferencial de la EM frente a individuos sanos o con otras patologías neurológicas, incluyendo la esclerosis lateral amiotrófica y el Alzheimer, asociándose además con la severidad radiológica de la enfermedad. El actual estudio también halló que miR-25-3p se correlaciona negativamente con los niveles de importantes citoquinas proinflamatorias, tales como la IL-17A, IL-18 e IL-1b. Chitnis señala como principal limitación del estudio su relativamente pequeño tamaño y la ausencia de análisis sobre el impacto del tratamiento. Este último aspecto podría ser particularmente relevante, ya que a lo largo del dilatado periodo de monitorización han sido autorizados sucesivas terapias nuevas en la EM.

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