La detección temprana y el pronóstico de la progresión de la enfermedad juegan un papel decisivo en los casos de esclerosis múltiple (EM), una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune que causa inflamación y pérdida de células en todo el sistema nervioso. Es por ello que los investigadores médicos han estado tratando ...
La detección temprana y el pronóstico de la progresión de la enfermedad juegan un papel decisivo en los casos de esclerosis múltiple (EM), una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune que causa inflamación y pérdida de células en todo el sistema nervioso. Es por ello que los investigadores médicos han estado tratando de encontrar, desde hace tiempo, métodos de detección mejorados para ayudar a evitar, en la medida de lo posible, consecuencias graves como problemas de movilidad y ceguera.
Al respecto, un estudio realizado por investigadores del Departamento de Neurología de MedUni Viena y el Hospital Universitario de Viena (Austria) ha demostrado por primera vez que el diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM) puede mejorarse significativamente, midiendo adicionalmente el grosor de las capas de la retina en el ojo.
Nuevo biomarcador
"Hemos identificado un nuevo biomarcador para el diagnóstico de la EM, a saber, el grosor de la capa de la retina, que se puede comparar con una ventana al cerebro", según resumió Gabriel Bsteh, sobre el hallazgo clave del estudio, publicado en la revista ´Neurology´.
El equipo de investigación, encabezado por Gabriel Bsteh y Thomas Berger del Departamento de Neurología de MedUni Viena y el Hospital Universitario de Viena, colaboró con colegas de MedUni Viena y el Departamento de Oftalmología y Optometría del Hospital Universitario de Viena para examinar a 267 pacientes con EM durante un período de cinco años.
La investigación se basó en los resultados del estudio publicados en 2022, que mostraron que el daño en la retina relacionado con la recaída de la EM refleja el grado de daño causado al cerebro del paciente. El estudio anterior también demostró que una reducción de 5 micrómetros (µm) en el grosor de la capa retiniana después de la neuritis óptica indicaba una duplicación del riesgo de discapacidad permanente después de la siguiente recaída. Gracias a las últimas investigaciones con la gran cohorte de pacientes con EM.
Los investigadores utilizaron un procedimiento conocido como tomografía de coherencia óptica (OCT) para medir el grosor de la capa de la retina. Un método de imagen que utiliza luz infrarroja, OCT permite la generación de imágenes tridimensionales de alta resolución de capas extremadamente delgadas de tejido que miden solo unos pocos micrómetros (1 µm es 1/1,000 de milímetro). OCT también es una herramienta para diagnosticar y evaluar la progresión de enfermedades oculares como el glaucoma.
"Si usamos la tomografía de coherencia óptica junto con los criterios actuales para diagnosticar la EM, obtenemos resultados significativamente más precisos en una etapa mucho más temprana. Esto significa que podemos iniciar las medidas de tratamiento antes, lo que mejora considerablemente el pronóstico a largo plazo para los pacientes", explicó Gabriel Bsteh, uno de los autores.
En las próximas fases de la investigación, la atención se centrará en la importancia del grosor de la capa de la retina para medir las respuestas al tratamiento de la EM.