Las bacterias Streptococcus pyogenes (GAS, por sus siglas en inglés), que se encuentran comúnmente en la piel y en la garganta, pueden causar infecciones que van desde dolor e impétigo (infecciones de la piel) hasta infecciones mortales del torrente sanguíneo. En ciertos lugares, la exposición constante a dichas bacterias puede ...
Las bacterias Streptococcus pyogenes (GAS, por sus siglas en inglés), que se encuentran comúnmente en la piel y en la garganta, pueden causar infecciones que van desde dolor e impétigo (infecciones de la piel) hasta infecciones mortales del torrente sanguíneo. En ciertos lugares, la exposición constante a dichas bacterias puede provocar condiciones graves y potencialmente mortales, como la enfermedad cardíaca reumática.
Al respecto, investigadores, dirigidos por el Instituto Peter Doherty para la Infección y la Inmunidad (Instituto Doherty), en colaboración con la Escuela de Investigación en Salud de Menzies y el Instituto Telethon Kids (Australia), analizaron la composición genética de cientos de muestras de bacterias GAS recolectadas hace 20 años de lesiones de garganta e impétigo.
"Nuestro análisis reveló conexiones directas entre los aislamientos recuperados de la piel y la garganta, desafiando el pensamiento común de que el contacto piel con piel es el principal modo de transmisión. De hecho, descubrimos que las bacterias que se encuentran en la garganta de las personas que no muestran ningún síntoma de infección fueron la fuente probable de infección en el 63% de los casos", explicó el Dr. Jake Lacey, investigador en el Instituto Doherty, de la Universidad de Melbourne.
Con el nuevo conocimiento del genoma, los investigadores pudieron trazar un mapa de la propagación de la bacteria dentro y entre los hogares. "Este ejercicio de mapeo de transmisión es particularmente importante para abordar la carga desproporcionada de infecciones por GAS en los habitantes de las Primeras Naciones australianas en comunidades remotas", indicó el profesor Bart Currie, de la División de Salud Global y Tropical de la Escuela de Investigación en Salud de Menzies.
En definitiva, la investigación sugiere que los enfoques de salud pública no deberían centrarse únicamente en las infecciones de la piel, sino también considerar el papel de la garganta como difusor en la transmisión de GAS. "Por ejemplo, las vacunas dirigidas a las bacterias en la garganta pueden ofrecer una mayor eficacia para prevenir la propagación de infecciones en comparación con aquellas que solo se dirigen a la enfermedad", concluyó el profesor Steven Tong, del Royal Melbourne Hospital.