Cuando se sufre de estrés crónico provocado por violencia o abuso físico-psíquico a lo largo de la vida, el organismo humano responde elevando los niveles de cortisol y suprimiendo los niveles de insulina. Es por ello que personas expuestas a situaciones de violencia tanto física como psicológica tienen una predisposición ...
Cuando se sufre de estrés crónico provocado por violencia o abuso físico-psíquico a lo largo de la vida, el organismo humano responde elevando los niveles de cortisol y suprimiendo los niveles de insulina. Es por ello que personas expuestas a situaciones de violencia tanto física como psicológica tienen una predisposición de entre un 20-35% de desarrollar diabetes. Estos hallazgos son fruto de un estudio realizado en el Centro de Investigación sobre la Violencia contra la Mujer de la Universidad de Kentucky (CRVAW) (EEUU), publicado, recientemente, en el ´American Journal of Preventive Medicine´.
"La violencia interpersonal a lo largo de la vida se asocia con un aumento del 20% al 35% en el riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, tanto la violencia como la diabetes tipo 2 se pueden prevenir. Si podemos tomar medidas para reducir el riesgo de violencia y trauma, este estudio muestra que también podemos reducir el riesgo de desarrollar diabetes", explicó la prof. Ann Coker, una de las principales investigadoras.
En este estudio, la violencia o abuso interpersonal a lo largo de la vida se definió como violencia física o psicológica, amenazas o abuso en la edad adulta y abuso o negligencia infantil, afectando a millones de personas anualmente.
"Antes de esta investigación, sabíamos que la violencia de pareja estaba asociada con la diabetes entre las mujeres, pero se desconocía que la violencia precedía al desarrollo de la diabetes. No teníamos datos sobre esta relación para hombres o dentro de grupos raciales", explicó la prof.Coker. "Por tanto, este es el primer estudio con suficiente poder estadístico para observar el efecto de la violencia interpersonal de por vida y el abuso o negligencia infantil en el aumento del riesgo de diabetes".
Implemento de estrategias efectivas
La prof. Maureen Sanderson, del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria del Meharry Medical College y autora principal del trabajo, advirtió, por su parte, de "la necesidad de ayudar a los profesionales de todas las disciplinas a implementar estrategias efectivas de prevención e intervención de la violencia para reducir las consecuencias sociales y de salud a corto y largo plazo de la violencia de pareja y el abuso infantil".
Estrategias que pasan por: la mejora del apoyo económico para las familias mas necesitadas, la promoción de normas sociales que protejan contra la adversidad y la violencia, garantía de un buen aprendizaje para los niños, enseñanza de habilidades, abrir el camino a los jóvenes hacia la solidaridad e intervenir para disminuir el daño de dicha violencia.
Para el equipo investigador este trabajo llena un vacío en la literatura existente sobre diabetes y proporciona más evidencia para respaldar las evaluaciones relacionadas con el trauma. "Nuestros hallazgos muestran un aumento antes de las tensiones adicionales de la pandemia de COVID. Estas formas de violencia a menudo ocurren en individuos y familias. El impacto de estas formas de violencia familiar tiene consecuencias significativas y a largo plazo para la salud física y mental que pueden prevenirse", concluyó la prof. Coker.