Las enfermedades coronarias crónicas (ECC) hacen referencia a una variedad de afecciones vasculares y cardíacas a largo plazo, que presentan un flujo sanguíneo inadecuado hacia o desde el corazón. Para las personas con este tipo de patologías, una dieta y un estilo de vida saludable para el corazón son las mejores maneras de prevenir que su salud empeore, según se recuerda en la última guía conjunta sobre enfermedades coronarias crónicas (ECC) de la American Heart Association y el American College of Cardiology (EEUU).

La guía, según sus autores, consolida nueva información para formular las recomendaciones basadas en evidencia más recientes a fin de orientar la atención de las personas con ECC.

En el nuevo manual, se insiste sobre la importancia de llevar una dieta saludable, realizar actividad física regular y no fumar, al tiempo que actualizan varias recomendaciones terapéuticas. También destaca la colaboración entre los médicos de atención primaria y los equipos de cardiología para tratar las ECC y actualiza las recomendaciones sobre pruebas de seguimiento, medicamentos y suplementos nutricionales.

Actualización

"La ciencia que sirve de base para la administración de la atención de las personas con enfermedades coronarias crónicas ha evolucionado significativamente desde la guía de 2012 y la subsiguiente actualización de 2014", explicó el Dr. Salim S. Virani, presidente del comité de redacción conjunto de la guía de la American Heart Association y el American College of Cardiology.

Entre las principales recomendaciones de la guía se incluye que los médicos revisen cuidadosamente la evaluación de riesgos junto con sus pacientes y les proporcionen información sobre el manejo de los síntomas y las opciones de tratamiento, a fin de que puedan participar activamente en las decisiones relacionadas con su atención.

Por otra parte, se insiste en la gestión conjunta entre diversos especialistas, según señaló el Dr. Virani. "Los médicos, tanto de atención primaria como los especialistas, deben aprovechar a todos los miembros del equipo de atención cardiovascular, incluidos médicos, enfermeros practicantes, asistentes médicos, personal de enfermería y asistentes, farmacéuticos, dietistas, fisiólogos del ejercicio, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y del habla, consejeros y asistentes sociales para maximizar los beneficios para los pacientes".