Los alimentos fermentados están ganando terreno en la nutrición humana, en parte debido a su posible efecto positivo en la salud digestiva. Mediante el proceso de lactofermentación, las bacterias lácticas naturales, los Lactobacillus, convierten los azúcares y carbohidratos en ácido láctico. Asimismo, dicho proceso genera enzimas necesarias para una mejor digestión.

Sin embargo, hasta la fecha, no se dispone de suficiente respaldo científico, especialmente para las verduras lactofermentadas, que avalen los beneficios que se les atribuye. Para avanzar en este terreno, un equipo de investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU) se dispuso a probar el valor real de estos alimentos, estudiando si el consumo frecuente de vegetales lactofermentados tenía algún efecto sobre los trillones de bacterias que componen el microbioma intestinal.

Para realizar su estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista ´Gut Microbiome´, los investigadores recolectaron muestras fecales de 23 personas que consumían con frecuencia al menos una porción de alimentos fermentados a base de plantas, cinco veces a la semana durante dos años. Esto no incluyó fermentos lácteos. Se estudiaron sus microbiomas fecales y se compararon con los de 24 personas que nunca o casi nunca consumieron vegetales lactofermentados u otros alimentos fermentados, y no lo habían hecho en los últimos dos años.

Examen dietético exhaustivo

Los investigadores realizaron un examen dietético exhaustivo de los participantes antes de comenzar el experimento y encontraron que los consumidores de vegetales lactofermentados mostraron una puntuación ligeramente má alta, de 59 de 100, mientras que la de los no consumidores fue ligeramente más baja, de 55 de 100, en términos de calidad general de la dieta.

Se encontraron bacterias y hongos potencialmente probióticos derivados, probablemente, de los vegetales lactofermentados en las heces de algunas personas que consumían regularmente alimentos fermentados.

Asimismo, consideran que el consumo regular de vegetales lactofermentados puede estimular bacterias con el potencial de producir butirato, un compuesto en el intestino ampliamente conocido por sus efectos positivos para la salud.

"Nuestros hallazgos respaldan la investigación existente que muestra que los alimentos fermentados, en este caso, las verduras lactofermentadas, benefician al microbioma intestinal y al metaboloma en las personas que consumen una dieta occidental típica", indicó la autora principal, Kylene Guse, investigadora postdoctoral en la Universidad de Dakota del Sur.

"En el futuro, necesitamos probar un posible efecto positivo del consumo de vegetales lactofermentados en sujetos con enfermedades específicas con una conexión conocida con el microbioma, como cáncer, obesidad o enfermedades autoinmunes, entre otras", señaló, por su parte, Andrés Gómez, profesor asistente en el Departamento de Ciencia Animal.

Actualmente, el equipo está evaluando cómo pueden expandir la salud comunitaria y la alfabetización científica sobre los beneficios potenciales del consumo de vegetales fermentados y cómo el microbioma intestinal es un componente importante para el mantenimiento de la salud.