La logopeda del Hospital Universitario del Vinalopó de Elche (Alicante), Elena Gras, ha alertado de la afección del aire acondicionado sobre "el timbre, sonoridad y calidad de la voz", ya que "al respirar aire seco, que es el que produce la climatización, se resecan las mucosas de faringe y laringe". Estas ...
La logopeda del Hospital Universitario del Vinalopó de Elche (Alicante), Elena Gras, ha alertado de la afección del aire acondicionado sobre "el timbre, sonoridad y calidad de la voz", ya que "al respirar aire seco, que es el que produce la climatización, se resecan las mucosas de faringe y laringe".
Estas molestias se deben a que una faringe seca causa "exceso de carraspeo y tos, y esto provoca un choque brusco de las cuerdas vocales, que puede irritarlas y alterar la voz, sobre todo el timbre y sonoridad", según ha explicado la logopeda del Hospital del Vinalopó en un comunicado.
Elena Gras ha advertido también sobre los cambios bruscos de temperatura y su afección sobre la voz. "Pasar de las altas temperaturas del exterior al ambiente refrigerado de un interior con aire acondicionado puede producir inflamación de la faringe que, a su vez, produce una alteración en la calidad de la voz", ha explicado.
De la misma forma se posiciona la neurologopeda de Ribera Virgen de la Caridad, Marta Romero. "El cuerpo tiene un sistema natural que regula la temperatura y depende del equilibrio entre la producción y la pérdida de calor", asegura. Por ello, es importante estar en lugares con una temperatura adecuada "para que no se resienta nuestra garganta".
El 20% de los catarros del verano
Estas dolencias en la faringe y la laringe se suman a que el aire acondicionado origina uno de cada cinco procesos víricos del verano, según el doctor Roberto Valdés, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Ribera Povisa (Vigo), quien ha señalado que hasta un 20% de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos en esta época del año se producen como consecuencia del aire acondicionado.
Del mismo modo se posiciona la doctora Lorena Sanz, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Torrejón, que asegura que "las variaciones de temperatura entre espacios cerrados y las altas temperaturas de la calle y el abuso del uso de los aires acondicionados aumentan los problemas de garganta durante los meses de más calor del año".
La neurologopeda de la Unidad de Daño Cerebral del hospital Ribera Virgen de la Caridad (Cartagena), Marta Romero, añade problemas como "rinitis, amigdalitis, tos y neumonía" asociados a los aires acondicionados.
"El aire acondicionado disminuye la humedad del ambiente y reseca la garganta, y un mal uso genera problemas de salud", ha apuntado Marta Romero, mientras que el doctor Valdes recuerda que "cuanto más caliente es el aire, más humedad admite y más cantidad de polvo, gérmenes u otro tipo de sustancias orgánicas se acumula en los filtros". Por ello, insisten en la necesidad de limpiar de forma periódica los filtros, porque de lo contrario, se favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias.
"El frío tiene impacto sobre las defensas del organismo y su capacidad para combatir las enfermedades", asegura la neurologopeda de Ribera Virgen de la Caridad, quien explica que "virus como los del resfriado común se propagan más fácil por el cuerpo cuando la temperatura en la cavidad nasal es inferior a la de los pulmones, es decir, unos 36,5 grados centígrados, la temperatura corporal normal".
De la misma opinión es el doctor Valdés. "Por un lado, los virus pueden sobrevivir y reproducirse más fácilmente en el aire seco y frío, y por otro, frente al calor, el frío en esta época del año hace que la gente pase más tiempo en interiores, haciendo más fácil que los virus se puedan propagar en los espacios cerrados", asegura.
Los especialistas en Otorrinolaringología y Logopedia del grupo Ribera recomiendan regular la temperatura del aire para que sea adecuada al entorno (alrededor de 24º), evitar dormir con el aire acondicionado encendido (o nunca a una temperatura inferior a 25-26°C), mantener una buena humedad en el ambiente (entre 40% y 60), limpiar los filtros periódicamente para evitar la acumulación de polen y ácaros, hidratarse correctamente, beber entre 2 y 3 litros de agua, evitar carraspear --si se nota la garganta seca es preferible beber agua--, realizar lavados nasales para evitar respirar por la boca y limitar la exposición directa al aire acondicionado, en especial a las salidas del aire.