Un importante estudio dirigido por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia sugiere que una posible causa de hemorragia cerebral espontánea podría transmitirse a través de transfusiones de sangre. No obstante, es muy improbable que alguien sufra una hemorragia cerebral tras recibir sangre donada, según precisan los autores en la revista ...
Un importante estudio dirigido por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia sugiere que una posible causa de hemorragia cerebral espontánea podría transmitirse a través de transfusiones de sangre. No obstante, es muy improbable que alguien sufra una hemorragia cerebral tras recibir sangre donada, según precisan los autores en la revista ´JAMA´.
Una causa frecuente de hemorragias cerebrales espontáneas y recurrentes es la enfermedad vascular angiopatía amiloide cerebral (AAC), en la que se acumulan proteínas a lo largo de los diminutos vasos sanguíneos del cerebro. Varios estudios han demostrado que la AAC puede transmitirse de un individuo a otro mediante neurocirugía y, probablemente, a través de un tratamiento con cierto tipo de hormona del crecimiento.
Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska, el Södersjukhuset y el Hospital Universitario Karolinska; la Universidad de Copenhague (Dinamarca), la KU Leuven (Bélgica) y otras instituciones demuestra que los pacientes que han recibido sangre de donantes que posteriormente sufrieron hemorragias cerebrales recurrentes tienen más del doble de probabilidades de sufrir una hemorragia cerebral ellos mismos.
Los resultados sugieren que algún factor que puede dar lugar a hemorragias cerebrales espontáneas puede propagarse a través de la transfusión de sangre. Sin embargo, dado que sólo el 0,1% de los donantes del estudio sufrieron posteriormente hemorragias cerebrales recurrentes, el número de pacientes afectados fue escaso.
"Las transfusiones de sangre son relativamente frecuentes, lo que convierte los posibles efectos negativos en una importante cuestión de salud pública --afirma el último autor del estudio, Gustaf Edgren, investigador del Departamento de Medicina del Instituto Karolinska (Solna) y médico especialista del Södersjukhuset--. Sin embargo, en este caso, es muy poco probable que se sufra una hemorragia cerebral por algo transmitido a través de una transfusión".
Según los investigadores, la implicación más importante del estudio es, en cambio, que añade más apoyo a la hipótesis de que la AAC puede transmitirse entre individuos, lo que, de ser cierto, puede tener consecuencias en varios campos.
El estudio se basó en la base de datos de transfusiones sueco-danesa SCANDAT, que contiene datos sobre donantes de sangre y pacientes que recibieron una transfusión a partir de la década de 1970. En total se incluyó a más de un millón de pacientes. Los análisis primarios se realizaron en Suecia y luego se repitieron con los datos daneses, con resultados casi idénticos.
Los investigadores esperan ahora corroborar la hipótesis de que la relación entre hemorragia cerebral y transfusión de sangre se refiere a la AAC. Por ello, examinarán muestras del biobanco del Estudio Danés de Donantes de Sangre para ver si pueden identificar proteínas aberrantes asociadas a la enfermedad.
También está previsto obtener tomografías y resonancias magnéticas de los donantes y pacientes afectados para ver si también pueden corroborar la hipótesis.
"Este estudio no demuestra causalidad, por lo que el aumento del riesgo observado podría depender de otros factores --afirma el primer autor del estudio, Jingcheng Zhao, del grupo del doctor Edgren en el Instituto Karolinska--. Se necesitan más investigaciones para confirmar nuestros hallazgos y comprender el posible mecanismo subyacente".