La guerra de Ucrania en pleno continente ha alertado a la Unión Europea (UE) de la necesidad de tener una posición fuerte a nivel global. De ahí que se vea con urgencia la reindustrialización del espacio comunitario para que compita con los principales mercados, como son Estados Unidos (EEUU) y ...
La guerra de Ucrania en pleno continente ha alertado a la Unión Europea (UE) de la necesidad de tener una posición fuerte a nivel global. De ahí que se vea con urgencia la reindustrialización del espacio comunitario para que compita con los principales mercados, como son Estados Unidos (EEUU) y China, y así sea menos vulnerable a los vaivenes de la economía mundial. Y es este argumento el que ha defendido Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), para el sector biotecnológico durante una rueda de prensa celebrada este martes en el marco de BioSpain 2023 que se celebra en la Fira de Barcelona.
"Es un momento crucial a nivel global, y sobre todo en Europa", ha comentado Arocena en línea con lo dicho durante la inauguración por la presidenta de la entidad, Ana Polanco. Ahora se dan los ingredientes adecuados por varios motivos: la presidencia española del Consejo de la UE; las llamadas cada vez más intensas y frecuentes a desarrollar una industria propia fuerte, o la propuesta de reforma de la ley farmacéutica emitida por la Comisión Europea y que aún tiene que aprobarse.
Desde AseBio, Arocena ha advertido que "hay que ser muy cuidadosos" respecto a modificar leyes que "han funcionado muy bien". De tal manera que el marco de incentivos vigente "no se vea alterado sustancialmente", y en este sentido desde el sector trabajarán para que la normativa sea "lo más incentivadora posible".
Por su parte, Robert Fabregat, director general de Biocat, ha valorado la capacidad de las biotech "para aguantar mejor que otros" los contextos de incertidumbre, como pueda ser el actual. La pandemia sirvió, ha recordado, para avanzar "hacia una mayor autonomía industrial", pero es realista: "Europa está muy lejos aún en capacidad de innovación respecto a EEUU o el sudeste asiático". Si se quiere tomar la delantera, habrá que promover y generar confianza en las alianzas público-privadas, ha afirmado. "Sin una colaboración franca y leal entre estos dos sectores, esto será inviable".
Según el análisis de Arocena, a nivel macro Asia "invierte mucho y evoluciona muy rápido", lo que debería ser un "acicate" para que Europa "haga sus tareas", como ya ha demostrado en otras ocasiones, por ejemplo, en la legislación sobre medicamentos huérfanos. De ahí que abogue por que el continente sea "un ecosistema favorable para la innovación y producción".
Al respecto, Fabregat ha precisado que no consiste en parecerse a otros ecosistemas, ya que cada uno presenta peculiaridades, y en el caso europeo hay "dificultades, pero también ventajas", como un mercado potencial de 750 millones de personas; unos sistemas de salud públicos y accesibles en casi todo el territorio, lo que facilita "el acceso de la innovación" a estos entornos.
La industria biotecnológica española afronta además un año de reflexión tras reducir la inversión captada en 2022 a 140 millones, respecto a los 180 que logró obtener en 2021. Si bien de 2023 aún no hay datos, ha avanzado Arocena, sí ha apreciado "una cierta ralentización" a la hora de levantar capital, aunque confía en un sector "potente" que durante la crisis sanitaria supo "recapitalizarse".
Esta es también la semana en la que se celebra la sesión de investidura, que se prevé fallida, para la elección del nuevo Gobierno, tras las elecciones celebradas el pasado 23 de julio. Al respecto, Arocena ha instado al Ejecutivo que finalmente se conforme, a que mantenga "un entorno marco favorecedor de la inversión" y, para ello, han de impulsarse "políticas que se atrevan a atraer financiación al sector".
España, potencia en biotecnología
El director general de AseBio ha hecho repaso de un momento clave para BioSpain, que celebra este año su 20 aniversario. El sector, "intensivo en ciencia y contratación de investigadores", alcanza un impacto relevante en creación y mantenimiento de puestos de empleo que, además, cuentan con unos salarios más altos que la media en el resto de nichos de actividad económica. Nuestro país es, ha señalado, la octava potencia en biotecnología a nivel mundial.
Y así se refleja en el congreso anual, el primero totalmente presencial tras la pandemia, hasta el que han acudido más de 2.100 asistentes. Las cifras mejoran las de la última edición: más de 220 expositores; cerca de mil empresas participantes; más de cien inversores y un 30% más de reuniones concertadas durante las tres jornadas que dura el evento. El claro enfoque internacional lo aportan, por ejemplo, las ocho delegaciones extranjeras invitadas a BioSpain, evento patrocinado por casi medio centenar de sponsors.
La celebración de este en Barcelona reafirma además el papel de la ciudad y el de Cataluña en el ecosistema comunitario de biotecnología, "uno de los principales en salud no solo a nivel estatal, sino a nivel europeo", ha celebrado Fabregat. Esto se traduce, entre otros logros, en que hasta el 60% de las terapias avanzadas y emergentes se concentran en su territorio; alrededor de 1.350 empresas del sector salud de las cuales más de la mitad son biotech; un impacto económico de hasta el 8,7% del PIB catalán y en que uno de cada dos productos exportados desde España se desarrollan en Cataluña, lo que ha llevado a Fabregat a justificar este como "uno de los hubs más dinámicos de Europa".