La Comisión Europea acaba de dar un paso importante al adoptar medidas que restringen los microplásticos agregados intencionalmente a los productos bajo la legislación química de la UE REACH. Con las nuevas normas se espera evitar a liberación al medio ambiente de alrededor de medio millón de toneladas de microplásticos ...
La Comisión Europea acaba de dar un paso importante al adoptar medidas que restringen los microplásticos agregados intencionalmente a los productos bajo la legislación química de la UE REACH. Con las nuevas normas se espera evitar a liberación al medio ambiente de alrededor de medio millón de toneladas de microplásticos que también afectan a la salud de la población al penetrar en el organismo humano, muchas veces a través de la alimentación.
Los microplásticos en el medio ambiente representan un foco no solo de microbios y contaminantes químicos, también de materiales genéticos que flotan libremente y propagan la resistencia a los antibióticos, entre otros efectos. Se estima que cada año se liberan en la UE 42.000 toneladas de microplásticos añadidos intencionalmente a los productos.
Variedad de efectos tóxico
La exposición a microplásticos en estudios de laboratorio se ha relacionado con una variedad de efectos físicos y (eco)tóxicos negativos en los organismos vivos. Estos microplásticos se acumulan en los animales, incluidos los peces y los mariscos, y, en consecuencia, los humanos también los consumen como alimento.
La restricción adoptada por la CE utiliza una definición amplia de microplásticos: cubre todas las partículas de polímeros sintéticos de menos de cinco milímetros que son orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación. El objetivo es reducir las emisiones de microplásticos intencionales de tantos productos como sea posible.
En este sentido, se está trabajando para reducir la contaminación por microplásticos de diferentes fuentes: desechos y basura de plástico, liberaciones accidentales e involuntarias (por ejemplo, pérdida de pellets de plástico, degradación de neumáticos o liberación de la ropa), así como usos intencionales en productos.
Las primeras medidas como, por ejemplo, la prohibición de brillantina suelta y microperlas, empezarán a aplicarse cuando la restricción entre en vigor el próximo mes de octubre. En otros casos, la prohibición de ventas se aplicará después de un período más largo para dar a las partes interesadas afectadas tiempo para desarrollar y cambiar a alternativas.
Para abordar la contaminación por microplásticos, la Comisión solicitó a la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) que evaluara el riesgo que plantean los microplásticos añadidos intencionalmente a los productos y si era necesaria una mayor acción regulatoria a nivel de la UE. La ECHA concluyó que los microplásticos añadidos intencionadamente a determinados productos se liberan al medio ambiente de forma incontrolada y recomendó restringirlos.