Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona ha establecido que el sexo masculino, el diagnóstico de hipertensión portopulmonar y la hipertensión pulmonar (HTP) asociada al VIH son factores independientes predictivos de buena respuesta a los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (iPDE5) en la HTP. Las variables ahora identificadas ...
Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona ha establecido que el sexo masculino, el diagnóstico de hipertensión portopulmonar y la hipertensión pulmonar (HTP) asociada al VIH son factores independientes predictivos de buena respuesta a los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (iPDE5) en la HTP.
Las variables ahora identificadas se suman a los factores pronósticos ya conocidos, tales como edad joven y perfil basal de bajo riesgo, siendo válidas tanto en los regímenes de combinación como en la monoterapia con iPDE5. No obstante, la terapia de combinación al inicio se asoció a respuesta en más de la mitad de los pacientes. En este grupo, el diagnóstico de HTP idiopática resultó ser igualmente factor independiente predictivo de respuesta, mientras que la HTP con patología del tejido conectivo se asoció a respuesta desfavorable. Esta última fue también observada en el conjunto de pacientes con capacidad difusiva del monóxido de carbono inferior al 41%. Joan Barberà, director del estudio, afirma que alcanzar y mantener un perfil de bajo riesgo es esencial para un desenlace favorable en la HTP. Sin embargo, el efecto de la terapia dirigida sobre la modificación del riesgo ha sido tradicionalmente diverso e impredecible, en parte debido a los diferentes fenotipos clínicos hasta ahora identificados. Aunque los iPDE5 son la terapia recomendada en primera línea en los pacientes de riesgo bajo o intermedio, ya sea en monoterapia o en combinación con antagonistas del receptor de la endotelina, existía poca información acerca de los factores de predicción de respuesta, señala Barberà. Los actuales hallazgos pueden contribuir a diferenciar a los pacientes que se beneficiarán más de la monoterapia que de otras estrategias de tratamiento alternativas, concluye el investigador.