Aproximadamente el 15% de los adultos producen anticuerpos IgE en respuesta a ciertos alimentos como, por ejemplo, la leche de vaca. Si bien estos anticuerpos hacen que algunas personas tengan alergias alimentarias graves, muchos adultos que producen estos anticuerpos no tienen ninguna alergia alimentaria evidente. Al respecto, una nueva investigación ...
Aproximadamente el 15% de los adultos producen anticuerpos IgE en respuesta a ciertos alimentos como, por ejemplo, la leche de vaca. Si bien estos anticuerpos hacen que algunas personas tengan alergias alimentarias graves, muchos adultos que producen estos anticuerpos no tienen ninguna alergia alimentaria evidente. Al respecto, una nueva investigación llevada a cabo en la Universidad de Virginia (UVA Health) (EEUU) sugiere que dicha sensibilidad a alergenos alimentarios comunes podría ser una causa importante y previamente no apreciada de enfermedades cardíacas.
Tal como destacan los investigadores, "este preocupante hallazgo representa la primera vez que los anticuerpos "IgE" contra alimentos comunes se han relacionado con un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular". De hecho, dicho riesgo podría igualar o superar a los que plantea el tabaquismo, la diabetes y la artritis reumatoide, entre otros.
"Lo que observamos fue la presencia de anticuerpos IgE contra alimentos que se detectaron en muestras de sangre", explicó el investigador Jeffrey Wilson, experto en alergias e inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia. "No creemos que la mayoría de estas personas tuvieran en realidad una alergia alimentaria manifiesta. Por lo tanto, nuestro hallazgo se relaciona más con una respuesta inmune a los alimentos que de otro modo sería silenciosa. Si bien estas respuestas pueden no ser lo suficientemente fuertes como para causar reacciones alérgicas agudas a los alimentos, de todos modos pueden causar inflamación y, con el tiempo, provocar problemas como enfermedades cardíacas", agregó.
Mastocitos, alergia y corazón
Los investigadores se inspiraron para investigar la posibilidad de que las alergias alimentarias comunes pudieran estar dañando el corazón después de que miembros del equipo de la UVA vincularan previamente una forma inusual de alergia alimentaria transmitida por garrapatas con una enfermedad cardíaca. Esa alergia, identificada por primera vez por el Dr. Thomas Platts-Mills, de la UVA, se transmite por la picadura de la garrapata de la estrella solitaria.
Para ver si otras alergias alimentarias podrían estar afectando el corazón, un equipo que incluyó a los profs. Wilson, Platts-Mills y colaboradores de la UVA, así como a la Dra. Corinne Keet, de la Universidad de Carolina del Norte, revisó los datos recopilados de 5,374 participantes en el Encuesta Nacional de Exámenes y Salud (NHANES) y el sitio de Wake Forest del Estudio Multiétnico de Aterosclerosis (MESA). De esas personas, 285 habían muerto por causas cardiovasculares.
Entre los participantes de NHANES, los investigadores encontraron que los anticuerpos IgE contra al menos un alimento se asociaron con un riesgo significativamente mayor de muerte cardiovascular. Esto fue particularmente cierto para las personas sensibles a la leche, un hallazgo que también se cumplió entre los participantes de MESA. Análisis adicionales también identificaron la sensibilización al maní y al camarón como factores de riesgo importantes de muerte cardiovascular en aquellas personas que los comían habitualmente.
"Anteriormente percibimos un vínculo entre los anticuerpos alérgicos al alérgeno de la carne roja alfa-gal y las enfermedades cardíacas", explicó el prof. Wilson. "Ese hallazgo ha sido respaldado por un estudio más amplio realizado en Australia, pero el artículo actual sugiere que un vínculo entre los anticuerpos alérgicos a los alérgenos alimentarios y las enfermedades cardíacas no se limita a la alfa-gal. En cierto modo, este es un hallazgo sorprendente. Por otro lado, no sabemos que nadie haya mirado antes".
En definitiva, los anticuerpos alérgicos a los alimentos pueden estar afectando al corazón al provocar la activación de células especializadas, llamadas mastocitos. Se sabe que los mastocitos en la piel y el intestino contribuyen a las reacciones alérgicas clásicas, pero también se encuentran en los vasos sanguíneos y el tejido cardíaco. Los investigadores creen que la activación persistente de los mastocitos podría provocar inflamación, contribuyendo a la acumulación de placa dañina que puede causar ataques cardíacos u otros daños cardíacos.
Al respecto, lo investigadores piden que se realicen más estudios para comprender mejor las implicaciones de su hallazgo antes de recomendar cualquier cambio en la forma en que los médicos tratan o controlan las alergias alimentarias.