Valencia es, durante tres días, el epicentro de la Medicina Interna (MI). Alrededor de 2.800 internistas se dan cita con motivo del 44º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y, también, del 15º Congreso de la Sociedad de Medicina Interna de la Comunidad Valenciana (SMICV), que han quedado inaugurados este miércoles en un acto de cierre de jornada en el que Juana Carretero Gómez, Presidenta de la SEMI, ha reivindicado la labor de estos profesionales.

"En la época de la Medicina de Precisión, los internistas debemos asegurar una atención de excelencia a los pacientes. Somos garantes de una atención integral a estas personas", ha argumentado ante un auditorio repleto. De la importancia de estos profesionales hospitalarios ha dado buena cuenta con una serie de datos, como que el 22% de las altas del Sistema Nacional de Salud (SNS) corresponden a los servicios de MI, de las cuales el 73% son pacientes mayores de 65, y el 56%, mayores de 75 años.

Entre las reclamaciones que impulsa la sociedad científica, ha recalcado las ya expuestas durante la rueda de prensa inicial: que hace falta apostar más por las unidades de asistencia compartida; que debe aumentar la coordinación entre niveles asistenciales (por lo que trabajarán intensamente con la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, semFYC), las áreas de capacitación y la "oposición frontal" a la creación de nuevas especialidades, en clara referencia a la recién anunciada de Urgencias.

La inauguración ha contado con representantes institucionales del ayuntamiento y del gobierno de la Comunitat Valenciana. El conseller de Sanidad, Marciano Gómez Gómez, médico de Familia de formación, ha asegurado que pondrá en marcha iniciativas que permitan mejorar una especialidad, MI, "integral, integradora, transversal, holística, capilar e intersticial, que llega donde ninguna otra".

Por ello, desde el gobierno autonómico tratarán de poner solución a problemas como la tasa de reposición, ya que hasta un 35% de los internistas tienen más de 55 años. No obstante, este fenómeno está muy conectado al de los residentes. Y la cuestión del MIR y de su posible transferencia de competencias a las autonomías es uno de los principales caballos de batalla de Gómez: "No percibimos ninguna sensibilidad por parte del Ministerio de Sanidad. La disgregación del sistema MIR es algo muy grave. Sería un fracaso absoluto del mejor sistema de formación de competencias médicas del mundo y la devaluación del sistema sanitario" al derivar en un "mercadeo" de médicos entre las comunidades autónomas (CCAA).

Por su parte, el Concejal de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Valencia, Juan Carlos Caballero Montañés, ha agradecido que la SEMI haya elegido la capital valenciana para celebrar su congreso y, por parte de la ciudad, se han dispuesto "todos los recursos" para que se pueda desarrollar el evento con las mejores garantías. Además, ha hecho referencia a Valencia como la "capital del running" con motivo de una actividad que ha puesto fin a la primera jornada como es una carrera por las orillas del río Turia.

Han completado la mesa inaugural Óscar Torregrosa Suau, Presidente ejecutivo del Comité Organizador y Científico SMICV, y María Jesús Arilla Morell, Directora general de Atención Hospitalaria de la Generalitat Valenciana.

Conferencia magistral

Como broche de oro, la inauguración ha culminado con la conferencia magistral del catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, Francisco Pérez Jiménez. Moderada por Mª Montserrat Chimeno Viñas, del Servicio de Medicina Interna del Complejo Asistencial de Zamora, el centro de su ponencia ha sido uno de los temas de más actualidad y peso en el evento anual de la especialidad: el cambio climático.

Por eso, Pérez ha planteado por qué será igual de importante modificar los hábitos alimenticios actuales para permitir la sostenibilidad del planeta. Y es que las consecuencias del calentamiento global tendrán especial repercusión en la salud de las poblaciones humanas. Impacto en el que los internistas tendrán un papel protagonista, también, a la hora de concienciar y sensibilizar a los propios pacientes.

La industria agroalimentaria, tal como está concebida en la actualidad, causa un grave impacto en el agravamiento del cambio climático, motivo por el cual el académico ha incidido en la importancia de una "transición alimentaria". Si bien es consciente de que un cambio en el modelo alimentario será "muy difícil y costoso", sobre todo en países pobres, realizarlo será uno de los pilares básicos en disminuir de forma sustancial las consecuencias del aumento de la temperatura global.

Y uno de los caminos a seguir, como un excelente ejemplo en la mejora de la salud alimentaria y del respeto al planeta, es la dieta mediterránea. Al limitar las proteínas de origen animal (las más contaminantes, ya que un kilo de carne de ternera requiere de 15.500 litros de agua) y favorecer las vegetales, contribuiría a ese necesario cambio.

Algo que diferentes estudios e investigadores, con Walter Willet a la cabeza a través de la Eat Lancet Commission, han defendido la transición hacia una dieta "sostenible y saludable" basada principalmente en alimentos vegetales. Es decir, una dieta "flexivegetariana". Esta sería más difícil de asumir en regiones pobres que en ricas. De media, alcanzaría un 41% de media el coste de los ingresos por ciudadano el adaptarse a estos nuevos hábitos alimenticios.

Para materializarla, la profesión médica también tiene un papel crucial. Por esta razón, el catedrático ha instado a que los profesionales participen "de forma muy activa", liderando la transición alimentaria y evolucionando hacia la descarbonización del sector sanitario. El creciente interés a nivel científico se capta también por el aumento de las publicaciones sobre cambio climático que recoge el repositorio PubMed.

No obstante, las propias autoridades ya aumentan su preocupación al respecto en forma de planes estratégicos como el de Salud y Medioambiente 2022-2026 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).