La obesidad es una de las patologías más prevalentes en nuestra sociedad, pero en ocasiones queda relegada frente a otras en los informes clínicos. Esto provoca a su vez que el profesional no ponga tanto el foco en esta enfermedad crónica "basada en la adiposidad", según la última definición que ha compartido este jueves la doctora Ana Zugasti, especialista en Endocrinología y Nutrición en la Sección de Nutrición Clínica del Hospital Universitario de Navarra durante una sesión como parte del 44º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que ha contado con la moderación de su presidenta y también del Comité Organizador, Juana Carretero.

Su correcta identificación y registro como una enfermedad permitiría codificar más y mejor la obesidad en las historias clínicas (HC), examinando así las necesidades y los distintos tratamientos que puede requerir cada caso. La actividad, patrocinada por una beca no condicionada de Novo Nordisk, ha puesto el foco sobre el reciente Informe HASPO (Humanización a la Atención Sociosanitaria a Personas con Obesidad), presentado el pasado 2 de octubre en la Real Academia Nacional de Medicina.

Para avanzar hacia ese escenario, en las 29 áreas en las que se divide este se plantean objetivos como conocer las carencias y necesidades de los pacientes para mejorar su tratamiento, con propuestas de mejora que permitan abordar dimensiones como la humanización y mejorar tanto el aspecto individual, como el entorno familiar y las condiciones de los propios profesionales sanitarios, así como de los gestores.

El ámbito formativo también se ha considerado "fundamental" para llegar de manera más accesible a la población. Entre las medidas "de alto impacto", se plantean cursos de formación sobre buenos hábitos alimentarios; colaborar con asociaciones de pacientes y sociedades científicas e informar de los riesgos asociados al seguimiento de ciertas dietas con relación al desarrollo de los trastornos alimenticios mediante, por ejemplo, soportes audiovisuales.

La sensibilización de los profesionales sanitarios, a través de formaciones y talleres, o la labor informativa que permita detectar posibles bulos, dar a conocer limitaciones de la obesidad o crear una guía específica, son también propuestas que se contemplan en el informe.

Además, los autores del documento, ha explicado Zugasti, han puesto énfasis en "trabajar contra el estigma". Esta razón ha motivado la redacción de un decálogo y la creación de una guía para el correcto uso del lenguaje. No obstante, la especialista también ha mencionado la perspectiva de género y los determinantes sociales como cuestiones "muy importantes" a tratar desde todos los niveles asistenciales. Porque reconocer la obesidad como una enfermedad es "algo factible y fácil de transmitir".

Y como tal, hará falta promover más investigación e innovación al respecto, "al igual que la hay en otras enfermedades".

Imprescindible humanización

La Fundación Humans tiene un papel clave en este sentido, más teniendo en cuenta el estigma asociado al paciente obeso. Esta entidad precisamente ahonda en definir, estudiar, potenciar e investigar el conjunto de interrelaciones entre profesionales sociosanitarios, organizaciones y pacientes para que todas las personas se sientan acogidas con la humanidad necesaria por los sistemas de salud, ha desgranado Xavier Oleart Recasens, de la Fundación Humans.

A través de diversas iniciativas, se trata de hacer que el sanitario tome conciencia de la importancia de humanizar su relación con cada paciente. "Los profesionales podemos trabajar con una mirada global, integral y humana de su atención", ha incidido. En esta línea, la Fundación Humans dispone de un decálogo para humanizar al paciente, documentos de concienciación y de diversas actividades formativas para ir expandiendo ese objetivo por todo el Sistema Nacional de Salud (SNS).