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Las personas obesas queman menos energía durante el día y más de noche, al revés que las delgadas

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas que tienen un peso saludable gastan más energía durante el día, cuando la mayoría de la gente está activa y come, mientras que las que padecen obesidad gastan más energía durante la noche, cuando la mayoría de la gente duerme.

20/11/2023

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas que tienen un peso saludable gastan más energía durante el día, cuando la mayoría de la gente está activa y come, mientras que las que padecen obesidad gastan más energía durante la noche, cuando la mayoría de la gente duerme. El estudio, ...

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas que tienen un peso saludable gastan más energía durante el día, cuando la mayoría de la gente está activa y come, mientras que las que padecen obesidad gastan más energía durante la noche, cuando la mayoría de la gente duerme. El estudio, publicado en la revista ´Obesity´, también descubrió que, durante el día, las personas con obesidad tienen niveles más altos de la hormona insulina, un signo de que el cuerpo está trabajando más para utilizar la glucosa, un azúcar lleno de energía.

"Fue sorprendente saber cómo drásticamente el momento en que nuestros cuerpos queman energía difiere en aquellos con obesidad --comenta el primer autor del estudio, Andrew McHill, profesor asistente en la Escuela de Enfermería de la Oregon Health & Science University y el Instituto de Oregon de Ciencias de la Salud Ocupacional, en Estados Unidos--. Sin embargo, no estamos seguros de por qué. Quemar menos energía durante el día podría contribuir a ser obeso, o podría ser el resultado de la obesidad".

La obesidad se define como tener un Índice de Masa Corporal, o IMC, de 30 o más. El sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión arterial y diabetes de tipo 2

Los horarios y el momento en que la gente duerme, come y hace ejercicio también pueden afectar a la salud, ya sea complementando o yendo en contra de los ritmos diarios naturales del cuerpo. Cada 24 horas, las personas experimentan numerosos cambios desencadenados por el reloj interno del cuerpo humano. Normalmente, estos cambios se producen a determinadas horas del día para satisfacer mejor las necesidades del organismo en cada momento.

McHill, que dirige el Laboratorio de Sueño, Cronobiología y Salud de la OHSU, y el autor principal del estudio, el doctor Steven A. Shea, director del Instituto de Ciencias de la Salud Laboral de Oregón en la OHSU, centran su investigación en cómo los ritmos circadianos y el sueño afectan al cuerpo humano.

Aunque investigaciones anteriores han sugerido que la desalineación del ritmo circadiano afecta al metabolismo energético y a la regulación de la glucosa, estos estudios se han centrado principalmente en participantes con un peso saludable. Para profundizar en este tema, McHill, Shea y sus colegas organizaron un estudio en el que participaron personas de diferentes tamaños corporales.

Un total de 30 personas se ofrecieron voluntarias para participar en el estudio, que implicaba la estancia de los participantes en un laboratorio de investigación circadiana especialmente diseñado durante seis días. El estudio siguió un riguroso protocolo de investigación circadiana que incluía un horario diseñado para que los participantes estuvieran despiertos y durmieran a diferentes horas a lo largo de cada día.

Después de cada periodo de sueño, se despertaba a los voluntarios para que comieran y participaran en diversas pruebas durante el tiempo restante de cada día. En una de las pruebas, los participantes hacían ejercicio con una máscara conectada a una máquina llamada calorímetro indirecto, que mide el dióxido de carbono exhalado y ayuda a calcular el consumo de energía. También se recogieron muestras de sangre para medir los niveles de glucosa en respuesta a una comida idéntica suministrada durante cada día.

Ahora el equipo de investigación planea explorar los hábitos alimentarios y el hambre en personas obesas, así como en las que tienen un peso saludable. Ese nuevo estudio también dará seguimiento a un estudio de 2013, dirigido por Shea, que descubrió que los relojes circadianos aumentan naturalmente los antojos de alimentos por la noche.

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