El enfoque One Health (Una Sola Salud) ya es lo bastante conocido como para pasar a la siguiente etapa: ahora toca entenderlo y que sea aceptado de manera global. Y es donde se centran los esfuerzos de expertos, instituciones y organizaciones de distintos sectores ante problemas de salud global como las resistencias antimicrobianas, las pandemias o el cambio climático. Todo ello quedó de manifiesto este viernes durante la celebración de un nuevo seminario Inventing for Life de la biofarmacéutica MSD, en colaboración con la Plataforma One Health, titulado `Un mundo, una salud´.

El escenario, la Planta de MSD Animal Health en Carbajosa de la Sagrada (Salamanca), permitió a una veintena de periodistas especializados conocer de primera mano la labor del medio millar de empleados que, desde aquí, producen alrededor de 40 millones de dosis de vacunas al año, explicó María Luisa López Vázquez, directora de Planta de Salamanca MSD Animal Health durante una visita por las instalaciones.

La salud animal es fundamental si se tiene en cuenta, recordó Cristina Nadal, directora ejecutiva de Policy MSD en España, que en los últimos tiempos ha aumentado la convivencia entre humanos y especies silvestres y domésticas. El riesgo de zoonosis, por tanto, es mayor: tan solo hace falta saber, subrayó, que al menos el 60% de las enfermedades que padecemos son de origen animal.

El efecto de la acción humana está reduciendo la biodiversidad, un "escudo de protección" que disminuye y nos expone aún más ante los microorganismos. El cambio climático contribuye de igual manera a que vectores desconocidos en determinadas regiones geográficas lleguen y contagien de enfermedades inauditas, como es el caso del dengue endémico en España.

"MSD es una de las pocas biofarmacéuticas que tiene claro este concepto desde hace años, y es una empresa que tiene una fuerte conciencia del impacto medioambiental", reiteró Nadal. El porfolio de la multinacional consta de vacunas para humanos (como el propio dengue, el ébola o el virus del papiloma humano, entre otras) y animales.

Una de las mayores expertas en esta materia, Maite Martín, presidenta de la Plataforma One Health en España situó el punto de partida en la pandemia de COVID19, de donde la humanidad puede extraer dos lecciones: que nuestra especie "es solo una más" en este ecosistema "complejo" y su supervivencia dependerá de la capacidad de adaptación a los cambios, y que ante un escenario "totalmente impredecible", cualquier mínima perturbación en uno de los elementos produce un efecto cascada con consecuencias "directas e indirectas" en la salud.

Por tanto, One Health actúa como un enfoque integral y de carácter preventivo, señaló la exdecana de la Facultad de Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). "Es importante ver todos los elementos para hallar las soluciones más eficientes", aludió como moderadora de una mesa que perseguía precisamente eso: la aportación de diversos puntos de vista a la fotografía actual y el consenso para tomar medidas.

Responsabilidad y participación

Sin olvidar que las políticas públicas son necesarias, también hace falta sensibilizar sobre la importancia de que cada persona tome decisiones en línea con Una Salud. Raquel Sánchez Sanz, del Foro Español de Pacientes (FEP), avisó que quizá "falta concienciación" por parte de este colectivo porque las políticas públicas para proteger el medio ambiente, que han modificado algunos aspectos en nuestra forma de vida, no se han explicado lo suficiente. Tiene que haber un "ejercicio de corresponsabilidad" para que no se perciban "como una carga".

Esa actitud pasa, por ejemplo, por que se comprenda que cada inhalador genera 30 kilos de CO2 en su vida útil. En 2020 se usaron 30 millones de estos productos, igual de contaminantes en su conjunto que cientos de viajes transatlánticos en avión. Pero existen alternativas, como los inhaladores de polvo seco, cuya factura climática es de tan solo 800 gramos emitidos de este gas de efecto invernadero (GEI). "Necesitamos frente a cuestiones de acción climática estos enfoques colaborativos", instó Pablo Barrenechea, director de Acción Climática de ECODES.

Misma perspectiva que compartió por streaming desde Colombia Santiago Vega, Profesor de la Facultad de Veterinaria CEU Cardenal Herrera Oria, quien agregó que hace falta "adecuar el mensaje para que todos entiendan qué es One Health". Equivale, por ejemplo, a hacer visible que el desperdicio de comida reúne unas emisiones de GEI que convertirían a este hábito (extendido en especial en países desarrollados) en el tercer país más contaminante.

Para hacer más efectivas las medidas al respecto, Sánchez consideró que hace falta pasar del mensaje de la colaboración al de la "participación e implicación", con pacientes no solo informados sino también participativos "porque si no, el proyecto fracasa". Vega apuntó también a la formación, que ya ha dado sus frutos por ejemplo en la isla de Pascua, donde tras una década han conseguido acabar con el dengue con gestos cotidianos, como la prohibición de dejar floreros con agua. El camino se tiene que trufar de "pequeños éxitos", precisó Barrenechea. Es decir, con la suma de todos los actores y no solo los del sector médico, a pesar de que este a nivel global sería el quinto país más contaminante.

La urgencia en la toma de decisiones es prioritaria si se tiene en cuenta que todos los años aparecen cinco nuevas enfermedades, de las cuales tres tienen origen en animales. Del 60% de las de origen zoonótico, entre el 70% y el 75% son reemergentes, es decir, nuevas. Además, ya hay regiones del planeta expuestas durante todo el año a los vectores encargados de transmitirlas y no solo eso: a causa de la escasez de recursos hídricos potenciada por la crisis climática, unos 600 millones de personas se ven obligadas a desplazarse de sus nichos climatológicos.