Las resistencias antimicrobianas (RAM) son uno de los principales problemas que enfrenta la salud global. Los antibióticos, a pesar de ser para Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) "quizá, el mayor logro en la Medicina del siglo XX", han derivado en un excesivo consumo y, como ...
Las resistencias antimicrobianas (RAM) son uno de los principales problemas que enfrenta la salud global. Los antibióticos, a pesar de ser para Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) "quizá, el mayor logro en la Medicina del siglo XX", han derivado en un excesivo consumo y, como consecuencia, en la menor efectividad de estos fármacos frente a los microorganismos diana.
Esta es la principal razón por la que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se promueve la Semana mundial de concienciación sobre la resistencia a los antimicrobianos, celebrada durante toda la semana pasada (del 18 al 24 de noviembre). Pérez, junto a otros dos expertos, conformaron el pasado viernes una mesa redonda sobre las RAM como parte del seminario Inventing for Life de la biofarmacéutica MSD, en colaboración con la Plataforma One Health, titulado `Un mundo, una salud´.
Helene Lanz, directora general de MSD Animal Health para España y Portugal, moderó el debate sobre una coyuntura que puede poner en jaque a los sistemas sanitarios. Ya cuesta 1,5 billones de euros a la sanidad pública de la Unión Europea (UE) y será responsable de diez millones de muertes anuales en todo el mundo en 2050.
Al respecto, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) presentó recientemente un estudio de campo en 130 hospitales españoles (el 40% del total de camas del Sistema Nacional de Salud) para analizar las historias clínicas de pacientes con infección por bacterias multirresistentes. Rafael Cantón, jefe de servicio de microbiología del hospital Ramón y Cajal y máximo responsable del Comité Europeo de Pruebas de Susceptibilidad a los Antimicrobianos (EUCAST, su acrónimo en inglés), evidenció cómo las RAM están detrás en más ocasiones de las que parece de los fallecimientos. Se estima que pueden ser culpables de hasta 30.000 defunciones anuales en nuestro país.
Pero además hizo énfasis en que hay que medir el coste que esta amenaza supone para el SNS, por lo que aconsejó demostrar a los gerentes de los hospitales el coste que supone un paciente ingresado por una bacteria multirresistente: según sus estimaciones, el tiempo de estancia son dos o tres veces más de media que un paciente ingresado por otro tipo de enfermedad. "Tenemos que trasladar esto a la sociedad en general", recordó.
Este es ya, aseguró Bruno González-Zorn, catedrático del Departamento de Resistencias antimicrobianas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el comienzo de una era "post antibiótica". "Estamos pasando de una pandemia silenciosa a otra ruidosa", por tanto, reflexionó que hace falta trabajar en silos en los que todos los profesionales de múltiples sectores "empiecen a cooperar".
En respuesta al argumento de Cantón, apoyó que es "rentable" luchar contra las RAM, debido a que "vacías camas y acortas listas de espera". En la parte veterinaria, incidió en la importancia de reducir también el consumo de antibióticos. Para que sea realmente efectivo, subrayó el trabajo "a dos niveles", en la parte de los prescriptores y en la población en general.
Las soluciones también pasarían, añadió el presidente de la AEV, por aumentar las tasas de cobertura vacunales. Las vacunas podrían evitar hasta en un 40% el consumo de antibióticos, aunque reconoció que "queda mucho por hacer todavía" en el desarrollo de estas para hacer frente a "grandes patógenos". Por el momento, se contabilizan alrededor de 60 investigaciones en fase de ensayo clínico en marcha.
"Conseguir antibióticos es complejo y costoso. Cuanta más vacunación haya, más se podrá controlar esta pandemia que poco tiene de silenciosa", zanjó Pérez.
Un PRAN tardío
El Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN), en vigor desde 2014, comenzó relativamente "tarde", observó González-Zorn. Y, a pesar de ello, ha permitido reducir el consumo de antibióticos en animales en más de un 70%, mientras que en medicina humana la contracción ha sido de un 13%. En gran parte, gracias al desarrollo de los Programas de Optimización de Uso de los Antibióticos (PROA), gracias a los que "está empezando a haber mucha concienciación".
Si se quiere potenciar esta, afirmó que harán falta "comunicadores profesionales" que expliquen a la gente cómo manejar los antibióticos. No puede ser posible que todavía se prescriba en gran medida amoxicilina con ácido clavulánico, "cuando la efectividad con el uso de amoxicilina a solas sería igual", o bien optar por el uso de las penicilinas.
Pérez también coincidió en que España tiene mucho camino por recorrer en combatir las RAM, ya que el único indicador que cumple según los criterios del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) es el de la reducción en el uso de antibióticos.
"Tenemos que trabajar más los vacunólogos con los profesionales que tratan las resistencias. Todavía no he visto si en los criterios para administrar vacunas se valoran las posibles resistencias antibióticas, y en los planes no se menciona para nada", reprochó.
Cantón ve un beneficio evidente en poner a trabajar a distintos profesionales juntos y que se tomasen como referencia algunos indicadores "como los que usan las empresas de producción de alimentos". En definitiva, concluyó: "Vamos entendiendo aspectos parciales pero hace falta ponerlos en común. Aunque hemos avanzado mucho, es absolutamente insuficiente".