Científicos de la Universidad Victoria de Wellington han establecido que Tet-29, un inhibidor de la heparanasa, reduce la severidad de la encefalitis experimental autoinmune (EEA), una patología animal que comparte múltiples rasgos con la esclerosis múltiple en humanos. La dosificación diaria, después de que la enfermedad fuera inducida, se asoció ...
Científicos de la Universidad Victoria de Wellington han establecido que Tet-29, un inhibidor de la heparanasa, reduce la severidad de la encefalitis experimental autoinmune (EEA), una patología animal que comparte múltiples rasgos con la esclerosis múltiple en humanos. La dosificación diaria, después de que la enfermedad fuera inducida, se asoció a una reducción de la infiltración de los linfocitos T, tanto en la médula espinal como en el cerebro, así como a menor invasión por monocitos inflamatorios y linfocitos B en este último órgano. Anne Camille La Flamme, directora del estudio, afirma que aunque el curso de la EEA se mantuvo invariable en los primeros 14 días de tratamiento, la disminución en la carga de la enfermedad fue significativa posteriormente, resultando en una mayor tasa de recuperación, que también fue más rápida. Además, la frecuencia y duración de los relapsos fue menor, asegura la investigadora.
La terapia también resultó en una disminución del exceso de permeabilidad de la barrera hematoencefálica y de la expresión de las moléculas de adhesión VCAM-1 e ICAM-1 en el endotelio del cerebelo, lo que podría explicar la reducida migración de las células inmunitarias al parénquima. Tet-29 se distingue de otros inhibidores de la heparanasa, tales como pixatimod, por carecer de actividad anticoagulante y por su estructura dendrimérica, la cual permite múltiples interacciones con su diana molecular. La Flamme señala que los hallazgos son consistentes con observaciones, según las cuales los miméticos de baja sulfatación del heparán sulfato secuestran las citoquinas proinflamatorias que contribuyen a la patogénesis en otros modelos de esclerosis múltiple.