CAMBIO CLIMÁTICO Y ASMA ¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO? El cambio climático está en el camino de alterar casi todos los aspectos de nuestra forma de vida y es el problema ambiental más importante y urgente al que se enfrenta el ser humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que ...
El cambio climático está en el camino de alterar casi todos los aspectos de nuestra forma de vida y es el problema ambiental más importante y urgente al que se enfrenta el ser humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al año mueren 300.000 personas directamente a consecuencia de este cambio (1).
Se entiende como cambio climático a la variación acelerada global del clima de la Tierra, por el aumento de la temperatura del planeta. En los 150 últimos años, la temperatura mundial ha aumentado aproximadamente 0,8ºC y está previsto que siga haciéndolo.
La crisis climática se debe principalmente a la emisión directa o indirecta de gases de efecto invernadero (GEI) resultantes en gran parte de la actividad humana (2).
Esta crisis y la contaminación del aire están íntimamente conectadas. Los GEI y los contaminantes aéreos se originan en la misma fuente, principalmente la quema de combustibles fósiles. De hecho, los procesos de combustión emiten GEI, como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), y contaminantes del aire, como material particulado (PM), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y monóxido de carbono (CO). Por tanto, las tendencias del cambio climático y la contaminación aérea participan en la determinación de la calidad del aire (3).
Uno de los efectos más importantes del cambio climático en el asma está relacionado con los incrementos de la temperatura y las olas de calor. Se ha demostrado que las altas temperaturas amplifican la tasa de exacerbaciones, la morbilidad y la mortalidad de las enfermedades respiratorias (4).
La crisis climática y los aumentos de la temperatura tienen como uno de sus efectos el incremento de los contaminantes atmosféricos y hay numerosos estudios que han descrito una mayor prevalencia de asma entre los individuos que viven en zonas urbanas (5). Además, también se ha demostrado que exposiciones limitadas en el tiempo se han asociado a reducciones de la función pulmonar en individuos asmáticos (6).
Una de las consecuencias del cambio climático que puede ser relevante en el asma es la alteración de los patrones de crecimiento de especies alergénicas. Las elevadas temperaturas y el aumento del CO2 en la atmósfera se asocian con mayor duración de las estaciones de polen, mayor producción y mayor alergenicidad de éste. Por ello, la capacidad alergénica de estos aeroalérgenos está sufriendo variaciones debido al cambio climático. Además, su inmunogenicidad se ve alterada con la exposición de los mismos a otros contaminantes como el ozono y el NO2. La combinación de un alérgeno con el ozono puede inducir la formación de especies reactivas de oxígeno que altera el potencial alergénico por incremento de esta reactividad.
Los efectos de esta interacción se han demostrado en modelos animales. Se observa que la exposición a alérgenos y a contaminantes tiene un efecto sinérgico aumentando la expresión de algunas citoquinas relacionadas con la respuesta TH2, como la IL-4, IL-5 o IL-13 y también la expresión de citoquinas de respuesta TH17 (7).
Una editorial de European Respiratory Journal (8) ha publicado un posicionamiento de la European Respiratory Society (ERS) concluyendo que el cambio climático representa una amenaza para los pacientes respiratorios, a través de mecanismos directos e indirectos, que incluyen el aumento de la temperatura y su relación con la exposición al ozono, el aumento de las estaciones con aeroalérgenos y la introducción de éstos en nuevas áreas, y el aumento de la frecuencia de episodios climáticos extremos tales como olas de calor, sequías, tormentas de arena, incendios forestales, lluvias e inundaciones.
Los efectos indirectos incluyen estrés sobre la sociedad debido a la migración, y conflictos y cargas económicas con consecuencias adversas para los sistemas de salud, ecosistemas y educación. La ERS reconoce la escala del impacto del cambio climático sobre la salud del planeta y la humanidad, el cual es ahora irreversible y llama con urgencia a aumentar las actividades políticas que ayuden a combatir este hecho.
Parece evidente que los profesionales sanitarios debemos tener en cuenta en los programas de educación en asma la importancia de los efectos del clima sobre la salud, especialmente los días de calima y altos niveles de contaminación atmosférica, facilitando la información adecuada y las medidas de protección a tener en cuenta.
Es nuestra obligación insistir en la gobernanza del problema de salud pública que supone la crisis climática en nuestros pacientes asmáticos.
Artículo escrito por la Dra. Isabel Urrutia Landa del hospital universitario Galdakao-Usansolo
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