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¿Qué papel juega la genética en el infarto agudo de miocardio en las mujeres?

En la disección de arterias coronarias (DCE), el equipo de Bouatia-Naji ha demostrado que existen numerosos factores genéticos (~25% identificados en su último estudio) que contribuyen a incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares en las mujeres.

30/11/2023

La genética constituye un agente importante en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares en mujeres, sobre todo en combinación con factores relacionados con el estilo de vida y los acontecimientos fisiológicos naturales del envejecimiento. Esa es una de las conclusiones presentadas, este jueves, con motivo de la entrega del II ...

La genética constituye un agente importante en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares en mujeres, sobre todo en combinación con factores relacionados con el estilo de vida y los acontecimientos fisiológicos naturales del envejecimiento. Esa es una de las conclusiones presentadas, este jueves, con motivo de la entrega del II Premio Corazón de Mujer. Un galardón otorgado a la Profesora Nabila Bouatia-Naji por su papel investigador de la salud cardiovascular en la población femenina. "Esa serie de desencadenantes, como el embarazo, la maternidad o la menopausia, pueden provocar respuestas biológicas en el sistema cardiovascular, especialmente en la integridad o reparación de las arterias", explica la directora de investigación del Instituto Francés de Investigación Sanitaria, Básica y Médica (INSERM). Además, añade, "la genética, tal como la aplicamos, es una metodología que nos ayuda a revelar los riesgos y el estilo de vida que lleva una persona. Y, gracias a ella, esperamos identificar los mecanismos biológicos que podríamos compensar en las mujeres para evitar el infarto agudo de miocardio o ayudarlas a prevenir mejor su riesgo cardiovascular".

Con este premio, que busca reconocer la labor de personalidades que trabajan para erradicar las enfermedades cardiovasculares en la mujer, ya sea a través de la investigación, promoviendo la prevención o con la divulgación como herramienta para concienciar sobre ello, Bouatia-Naji pasa a formar parte del comité científico internacional del movimiento Corazón de Mujer. Una iniciativa, impulsada por la fundación SOLOmed y liderada por la cardióloga Leticia Fernández-Friera, para incidir sobre la realidad de ser la primera causa de muerte en mujeres incluso por encima del cáncer de mama.

Pese al hecho de que factores como la obesidad o la hipertensión tengan una mayor prevalencia entre las mujeres en todo el mundo y comporten un riesgo alto de accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica, es importante estudiar la genética femenina pues en ocasiones nos alerta de dichas patologías en perfiles que se intuyen de bajo riesgo. Como en el caso de la disección espontánea de arterias coronarias (DCE), que afecta principalmente a mujeres jóvenes, con un peso y colesterol normales: "En la DCE hemos demostrado que existen una gran cantidad de factores genéticos, cerca de un 25%, que contribuyen a incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares en las pacientes, y más aún si hay un agente estresante que aumente la presión arterial", explica Bouatia-Naji.

Un metaanálisis dirigido por esta profesora y publicado recientemente en Nature Genetics indica que la DCE es una causa poco estudiada de infarto de miocardio que afecta principalmente a las mujeres. "El sexo femenino supone el 90% de este tipo de pacientes y todavía no sabemos los motivos.  Claramente, ser mujer aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad", asevera la especialista. Además, en un estudio anterior se señala a la DCE como una causa importante de síndromes coronarios agudos sobre todo en mujeres menores de 60 años.

En palabras de la profesora Bouatia-Naji, "con el estudio del riesgo genético de las enfermedades cardiovasculares femeninas podemos identificar factores específicos que se manifiestan sobre todo en las mujeres y que se podrían estar pasando por alto en la población general. Esperamos que nuestros estudios ayuden a mejorar el diagnóstico –ayudando, por ejemplo, a la obtención de resultados al emplear marcadores genéticos antes de aplicar técnicas de imagen invasivas– y a reorientar la medicación existente o diseñar nuevos fármacos para reforzar las arterias de la mujer".

El papel de la investigación en la salud cardiovascular de la mujer

El movimiento Corazón de Mujer tiene, entre otros objetivos, el compromiso de invertir tiempo y recursos en la investigación con el fin de contribuir al avance del sistema sanitario y ofrecer respuestas a las expectativas de salud de los pacientes. "Las mujeres tienen unos factores de riesgo específicos y pueden tener síntomas distintos. Además, existe una tendencia de infrarrepresentación en los ensayos clínicos, por lo que es vital impulsar estudios que promuevan avances en el diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades cardiovasculares femeninas", explica la doctora Fernández-Friera, directora de la Unidad de Mujer de ATRIA. Una clínica madrileña de tecnología de imagen puntera donde se desarrolla el estudio científico `Wake up´ (Women´s Health: an imAging-based cardiovascular risK-rEdUction Program), becado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y el Instituto Carlos III, en el que se realizan pruebas diagnósticas a mujeres con el fin de recabar datos actuales cuyos objetivos son " educar en la salud cardiovascular y aumentar la percepción del riesgo asociado a las enfermedades del corazón así como utilizar nuevas herramientas, como la imagen vascular, para promover cambios de vida más saludables y efectivos", tal y como explica Fernández-Friera.

El programa cuenta con la participación de féminas de entre 25 y 70 años con al menos un factor de riesgo cardiovascular. Entre los resultados obtenidos hasta el momento se observa que las mujeres estudiadas consideran el cáncer de mama el problema de salud más preocupante por delante de las enfermedades cardiovasculares (46.81 vs 19,86%, respectivamente). Además, como principales causas de las enfermedades del corazón ponen el foco en la tensión arterial (97,08%) o el sobrepeso (95,72%), llamando la atención el bajo porcentaje que considera un factor de riesgo la menopausia, sólo un 31,3%.

En cuanto a las posibilidades de tener un infarto, queda mucho por hacer, pues el 26,9% piensa que la mujer tiene menos riesgo que el hombre y el 36% lo equipara. Por último, en cuanto a las barreras para llevar una vida cardiosaludable, la mayoría señalan el estrés, la falta de tiempo, las cargas familiares o el cuidado de otras personas.

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