El pescado azul o graso como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas, entre otros, contienen ácidos grasos omega-3, ácido seicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Dichos ácidos grasos son importantes para muchas de las funciones vitales, pero el organismo no los puede producir y deben obtenerse de ...
El pescado azul o graso como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas, entre otros, contienen ácidos grasos omega-3, ácido seicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Dichos ácidos grasos son importantes para muchas de las funciones vitales, pero el organismo no los puede producir y deben obtenerse de la dieta. Al respecto, un amplio estudio internacional, liderado por el Instituto Karolinska (Suecia) ha demostrado que el impacto es mayor para las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares investigadas analizadas son patologías coronarias mortales y no mortales, como la angina inestable, el ataque cardíaco y el paro cardíaco, y el infarto cerebral (accidente cerebrovascular). El estudio fue realizado por el Consorcio de Investigación sobre Ácidos Grasos y Resultados (FORCE), una red de más de 100 investigadores y expertos de todo el mundo. En él se incluyen datos de 15 estudios realizados en 10 países diferentes.
La enfermedad cardiovascular es hasta cierto punto hereditaria, según demuestran los estudios en gemelos, pero resulta difícil identificar los genes que la controlan. Una hipótesis sólida es que se trata de una combinación de genética y medio ambiente", explicó Karin Leander, profesora titular y asociada de epidemiología en el Instituto de Medicina Ambiental, Unidad de Epidemiología Cardiovascular y Nutricional del Instituto Karolinska, y líder de la investigación.
El equipo de investigación examinó el efecto de la interacción entre los antecedentes familiares y la ingesta dietética, para lo cual, reunieron datos de más de 40.000 personas sin enfermedades cardiovasculares. Durante el período de seguimiento, casi 8.000 participantes sufrieron enfermedades cardiovasculares. En su análisis, los investigadores pudieron demostrar que aquellos que tenían enfermedades cardiovasculares en un pariente cercano, como un padre o un hermano, y también niveles bajos de ácidos grasos omega-3 EPA/DHA, tenían un mayor riesgo de enfermedad cardiovascularde más del 40 por ciento. El riesgo elevado para aquellos que "sólo" tenían enfermedad cardiovascular en la familia inmediata fue del 25 por ciento.
"El estudio sugiere que aquellos con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares pueden frenar la patología comiendo más pescado azul que otros. Somos los primeros en estudiar el efecto de la combinación de antecedentes familiares y la ingesta de pescado graso mediante mediciones de ácidos grasos", concluyó la prof. Karin Leander.