Un nuevo estudio de investigadores del Centro Oncológico Integral Sylvester de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami (Estados Unidos) y centros oncológicos colaboradores indica que un nuevo tipo de terapia dirigida puede ofrecer nuevas opciones de tratamiento para la mielofibrosis avanzada, y esperanza, para estos pacientes. Se ...
Un nuevo estudio de investigadores del Centro Oncológico Integral Sylvester de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami (Estados Unidos) y centros oncológicos colaboradores indica que un nuevo tipo de terapia dirigida puede ofrecer nuevas opciones de tratamiento para la mielofibrosis avanzada, y esperanza, para estos pacientes.
Se dispone de pocos tratamientos estándar para este trastorno de la médula ósea caracterizado por un exceso de tejido cicatricial que altera la producción normal de células sanguíneas.
"Es emocionante formar parte de este estudio multicéntrico porque estamos viendo algunos resultados alentadores para un nuevo tipo de terapia dirigida para la mielofibrosis avanzada y otras neoplasias malignas de la sangre --destaca Justin M. Watts, hematólogo del Sylvester--. Hasta ahora, ha habido pocos tratamientos estándar para estos cánceres".
Watts y sus colaboradores están probando un inhibidor epigenético dirigido y biodisponible por vía oral de las proteínas bromodominio y extra-terminal (BET), que regulan la expresión de oncoproteínas críticas implicadas en el proceso de la enfermedad subyacente a los cánceres de la sangre como la mielofibrosis.
Su estudio de fase 1, de escalada de dosis/expansión, presentado en ASH 2023, el congreso anual de la Sociedad Americana de Hematología, está estudiando el inhibidor de BET conocido como "INCB057643" como monoterapia para pacientes con mielofibrosis recidivante o refractaria u otros cánceres hematológicos avanzados, y en combinación con el inhibidor de JAK ruxolitinib para pacientes con mielofibrosis avanzada que obtuvieron malos resultados con ruxolitinib como fármaco de primera línea.
Hasta ahora, asegura Watts, los resultados son alentadores. "Estos fármacos en investigación están demostrando ser seguros, bien tolerados y eficaces en el tratamiento de un conjunto de síntomas típicos de la mielofibrosis, como fatiga, dolor óseo, sudores nocturnos, bazo agrandado y anemia", afirma.
Sorprendentemente, añade, este inhibidor de BET parece tratar la anemia en algunos pacientes, a diferencia de otros fármacos, incluso en pacientes que han fracasado en tratamientos anteriores con un inhibidor de JAK solo o como terapia combinada.
"Esto es realmente emocionante, porque la anemia suele ser un problema importante en estos pacientes, y normalmente empeora, no mejora, con el tratamiento adicional --explica--. Hemos tenido pacientes que necesitaban transfusiones quincenales que se han vuelto independientes de las transfusiones mientras recibían esta terapia dirigida".
Una ventaja adicional, según Watts, es que parece que esta terapia puede dosificarse a un nivel que no produzca los efectos secundarios observados con algunos otros inhibidores BET, y aun así producir los resultados deseados.
"Realmente tiene una ventana terapéutica inesperadamente buena, sobre todo cuando se administra en combinación con el fármaco estándar ruxolitinib --subraya--. Estamos viendo buenos resultados clínicos sin los efectos secundarios".
Los próximos pasos son completar este estudio de fase I en múltiples cohortes ampliadas para mielofibrosis y otras neoplasias malignas, y pasar a un ensayo aleatorizado de fase 3 con este inhibidor de BET añadido a ruxolitinib frente a un placebo para determinar si mejora las tasas de supervivencia entre estos pacientes.
"Las terapias dirigidas a la epigenética realmente funcionan para muchos de los pacientes que tratamos en nuestras clínicas, y en general tienen menos efectos secundarios que la quimioterapia --afirma Watts--, y eso es a la vez emocionante y gratificante".